Ceder los derechos del rostro significaría que la cara de la persona seleccionada se reproduciría en miles de versiones de robots, por lo que la empresa reconoce que se trata de una decisión peliaguda y por ello pagarán generosamente la licencia.
No se han ofrecido muchos más detalles al respecto, más allá de que la compañía para la que se construiría la máquina es privada y tiene como objetivo que el robot funcione como un "amigo virtual" para las personas mayores. El diseñador ha indicado que el proyecto ha estado en desarrollo durante cinco años y entraría en producción el próximo año. Se espera que el robot pueda estar disponible próximamente para el público.
Aunque no pueden revelar más datos en esta fase tan temprana, Geomiq afirma que los candidatos que pasen a la siguiente fase recibirán detalles completos sobre el proyecto, y los no seleccionados no serán contactados.