'Si te duele, déjate sodomizar': el escándalo médico de las mallas vaginales

El macrojuicio por los implantes pélvicos en Australia revela que pacientes que acudieron al médico por el dolor fueron instadas a practicar sexo anal

'Si te duele, déjate sodomizar': el escándalo médico de las mallas vaginales
photo_camera 'Si te duele, déjate sodomizar': el escándalo médico de las mallas vaginales

Según informa EL ESPAÑOL, la denuncia de 700 mujeres australianas implantadas con mallas transvaginales fabricadas por Johnson & Johnson que sufrieron dolorosas secuelas que afectaron a su vida cotidiana y las incapacitaron para tener relaciones sexuales ha tomado un giro "ultrajante", en palabras de los observadores. Las pacientes que acudieron al médico fueron instadas a practicar el sexo anal como solución y alternativa, según ha revelado una investigación del Senado australiano y la filtración de los emails de los propios desarrolladores del implante.

Se calcula que 100.000 mujeres en todo el mundo habrían recibido este tipo de implantes. Se trata de una malla de poliuretano que se introduce en las paredes de la vagina para reforzar el suelo pélvico para tratar los casos de prolapso e incontinencia urinaria que pueden derivar del parto. Se trata de una tipo de intervención popularizada desde los años noventa; las denuncias se centran en un modelo, 'Prolift', comercializado por Ethicon, filial de Johnson & Johnson.

En los casos denunciados, la malla erosionó el tejido, provocando heridas e infecciones a las pacientes, así como un dolor intenso que en determinados casos la incapacitó para hacer su vida cotidiana. "Me atravesó como un rallador de queso", describía a la BBC Kate Langley, una víctima británica. Por su cercanía a los nervios, la malla no puede ser retirada, por lo que tras múltiples operaciones las mujeres afectadas apenas han logrado recuperar calidad de vida.

El senador Derryn Hinch ha comparado el escándalo sanitario al de la Talidomida, en la comisión parlamentaria que adelantó la existencia de los emails que ahora han visto la luz. Ginecólogos franceses que trabajaron en el desarrollo de los implantes eran conscientes de los trastornos que supondrían y ya en 2005 daban por perdida la posibilidad de las mujeres para tener relaciones sexuales, estableciendo como estrategia de marketing el proponer prácticas no vaginales.

"¡LA SODOMÍA ES BUENA ALTERNATIVA"

"No me gustaría que mi mujer pasase por una operación de este tipo. Y no creo ser el único que piensa esto". Esta línea, leída en voz alta, arrancó gemidos entre los asistentes al juicio: fue escrita por el doctor Bernard Jacquetin, uno de los desarrolladores del implante, en los emails intercambiados con sus colegas. Jacquetin es el primero en instar a la "sodomía" como "buena alternativa" en la conversación.

Otro de los médicos recoge la sugerencia, lamentando el mal recibimiento que propuestas de este tipo tienen entre sus pacientes. "Yo me digo, cuando venga tu próxima [paciente] con un prolapso, le hablas de los orgasmos. ¡Vale! Pero también de las felaciones, la sodomía, el clítoris con el punto G o sin él... Aunque si lo hago tengo claro que enseguida me tratarían como una especie de maníaco sexual (¡que igual lo soy!), o un pervertido, o una persona morbosamente curiosa".

Sigue leyendo el reportaje completo en EL ESPAÑOL

Comentarios