Según informa EL ESPAÑOL, a Dino Scala (56) todo el mundo lo conocía en Pont-sur-Sambre. En esta comuna francesa, de apenas 2.500 habitantes, los vecinos comparten pueblo, calles y vida. Lo que nadie sabía -o eso dicen- y que muchos no terminan de creer, es que Dino sea el depredador sexual que lleva actuando por la zona durante los últimos 30 años. Era imposible asociar, hasta ahora, que él era el llamado “violador de la mañana”.
Era un viejo conocido de la Policía de la zona. Pont-sur-Sambre está rodeada de verde, de árboles y vegetación. También está a menos de media hora en coche de la frontera con Bélgica. En esta franja del límite francobelga actuaba este padre de familia, que, según el alcalde del municipio, Michel Détrait, era conocido por su carácter “sociable” y por aparentar ser “un buen padre de familia, casi el yerno ideal”. Su fachada social era esa: padre de tres jóvenes que rondan la veintena, trabajador de mantenimiento en una empresa cercana y entrenador del equipo de fútbol local.
Ahora la investigación se antoja compleja: a los 19 casos ocurridos en territorio francés -en un proceso judicial abierto en 1996- es probable que se sumen otra veintena en Bélgica. Dino no lo ha ocultado. Desde su detención, ha estimado el número de víctimas en torno a unas cuarenta, según el fiscal de Valenciennes, Jean-Philippe Vicentini. Eran más de las que tenían constancia las autoridades.
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