La crisis de las camisetas negras en Pamplona en los primeros Sanfermines con 'la Manada' suelta

- Las feministas navarras defienden su lucha. Se sienten ninguneadas por estas propuestas.

- Referentes como Maruja Torres o Rosa Montero sí abogaban por teñir de negro el chupinazo.

La crisis de las camisetas negras en Pamplona en los primeros Sanfermines con 'la Manada' suelta - EL ESPAÑOL
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Según informa Marta Espartero en EL ESPAÑOL, el runrún de los últimos días parecía incesante. Faltan pocas horas para el pistoletazo de salida de las fiestas de San Fermín -este viernes, 6 de julio-, y las iniciativas reivindicativas no paraban. Se cruzaban, se discutían, se ignoraban en los mensajes de móvil o se difundían cada vez a más mujeres. El trasfondo era el mismo: mostrar la indignación por la libertad de la Manada, condenada a nueve años de cárcel por abuso sexual con prevalimiento.

Pero la propuesta que más ha escocido a propias y ajenas es el llevar una camiseta negra en el chupinazo, el arranque oficial de las celebraciones de la capital navarra. El mensaje era claro: teñir de negro, de luto, del color oficial de la pérdida, la clásica imagen de Sanfermines que recorre el mundo. Cambiar el blanco, el protagonista involuntario de la vestimenta pamplonica, y sumir la plaza del Ayuntamiento de Pamplona en una espiral negra y roja. Porque este año, José Ángel Prenda, Jesús Escudero, Ángel Boza, Antonio Manuel Guerrero y Alfonso Jesús Cabezuelo están en la calle. Y, sin prohibición expresa del tribunal de la Audiencia Provincial de Navarra de acercarse al territorio, podrían volver a repetir la experiencia en la comunidad foral.

Los movimientos feministas pamploneses rápidamente se sacudieron la idea, que provenía de otros colectivos proigualdad de fuera de Navarra. Representantes de colectivos feministas como Bilgune Feminista, Emakume Internazionalistak, FARRUKAS, la Plataforma de Mujeres contra la Violencia Sexista o Andrea-Lunes lila y colectivos del movimiento popular como Gora Iruñea! y la Federación de Peñas de Iruñea esgrimían este martes sus razones. La idea era cristalina: no a las camisetas negras.

"Estos llamamientos ningunean nuestro trabajo"

“Estos llamamientos, aunque no sea su intención, ningunean el trabajo que estamos realizando desde aquí e influyen negativamente en las dinámicas locales que ya están consensuadas y previstas realizar este año”, reñían las feministas. "Estas son nuestras fiestas, nosotras ponemos las reglas y tenemos que exigir nuestro espacio en ellas, tomando las plazas, riendo, bailando, organizándolas, tomando las calles y los escenarios, en definitiva, disfrutando y gozando de las fiestas como nos dé la gana".

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