Claudio, el niño futbolista parapléjico tras ser apuñalado: “Volveré a meter goles"

El joven, de 15 años, perdió la movilidad en las piernas después de que un chaval de 14 le apuñalase en la espalda a la altura de la médula. Será trasladado desde Badajoz al Hospital de Toledo, referencia en España para el tratamiento integral de la lesión medular. Su agresor ya está internado en un centro de menores

Claudio, el niño futbolista parapléjico tras ser apuñalado: “Volveré a meter goles" - EL ESPAÑOL
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Según informa Andros Lozano en EL ESPAÑOL, en la séptima planta del Hospital Infanta Cristina de Badajoz, tendido sobre una cama de una habitación por cuyo ventanal se cuela una tenue luz, hay un chico de 15 años. Se llama Claudio Sánchez Berjano. Es alto, fuerte. Tiene el pelo rapado por los lados y flequillo ondulado por delante.

A su lado, sentada en un incómodo butacón, está su madre, María Berjano, que lo cuida y le da ánimos. Ella es chiquita, delgada, pelo negro azabache. “Verás como logras volver a andar, cariño, no te preocupes”, le dice a cada rato a su hijo.

Hace poco más de una semana, el viernes 23 de febrero, el chico sufrió una agresión en plena calle. Sucedió sobre las 21.30 horas de la noche. El chaval discutió con otro adolescente en el centro de Badajoz, zona de movida juvenil durante los fines de semana.

Claudio pensaba volver pronto a casa. Al día siguiente tenía partido con su equipo de fútbol, el cadete A de las escuelas del Rayo Vallecano en Badajoz. Pero el sábado pasado no llegó a enfundarse la camiseta del 10, su número. Lo sucedido la noche anterior cambió su vida.

Según cuenta su madre, quien atiende a EL ESPAÑOL en la puerta de la habitación en la que está ingresado su hijo, la noche de ese viernes el chaval estaba solo por la calle en el momento en que se enzarzó en una pelea con un chico de 14 años. En la disputa, Claudio cayó al suelo. Fue en ese momento cuando su oponente aprovechó el traspiés del hijo de María para apuñalarlo por la espalda con una navaja.

Claudio recibió la puñalada a la altura de la médula. Inmediatamente, los servicios médicos se presentaron en el lugar de los hechos. Antes de que lo trasladasen al hospital, el chico llamó a su madre por teléfono. María, que estaba trabajando en un bar como cocinera, se presentó allí. “En ese momento ya no se sentía las piernas”, cuenta este pasado miércoles desde la puerta de la habitación de su hijo. “Me quedé en shock”.

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