El cine español no se puede permitir más desnudos gratuitos

Las series y películas siguen perpetuando la mirada machista y patriarcal que pide desnudos femeninos. Las actrices empiezan a denunciarlo

El cine español no se puede permitir más desnudos gratuitos - EL ESPAÑOL
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Según informa Javier Zurro en EL ESPAÑOL, en el año del Me Too, de Harvey Weinstein y de la revolución feminista, muchas cosas han cambiado, pero la mirada heteropatriarcal de la gran mayoría de las producciones audiovisuales está ahí, presente, sexualizadora. El audiovisual es falocéntrico, y lo que capta la cámara no es más que la mirada de un hombre que mira con deseo a una mujer. Lo dejaba claro Laura Mulvey en su revolucionador ensayo de 1975 Placer Visual y Cine Narrativo, y se sigue cumpliendo. ¿Por qué siempre que se muestra a una mujer la cámara realiza un movimiento de arriba a abajo?, ¿por qué el plano de una mujer desnuda de cintura para arriba? Porque así es como objetizan los hombres y así es cómo se ha dicho que debe mirar el cine.

Por ello se incide en la importancia de que sea la mujer la que cree contenidos, porque el hombre, de forma inherente, tiene esa forma de rodar metida dentro y con sus historias se perpetúa. Cuantas más directoras rompiendo esos cánones estéticos y visuales, más posibilidades de acabar con ellos. La enésima muestra de ello se vive en la serie El día de mañana, la nueva producción de Movistar+ dirigida por Mariano Barroso, también presidente de la Academia de Cine. Una ficción que adapta con éxito y ritmo la novela de Martínez Pisón del mismo nombre, gracias a un montaje frenético y unos actores (especialmente Oriol Pla) pletóricos.

Y en medio de ese relato del franquismo en Barcelona, de brutalidad policial, de un pícaro como tantos verá España en las décadas posteriores, un desnudo femenino completamente gratuito. Justo Gil seduce a una amiga de la burguesía catalana. Él aparece en calzoncillos apoyado en la ventana, ella en sujetador. La cámara corta y la enfoca a ella en un plano de cintura para arriba y se quita el sujetador. Él se acerca, se pone encima de ella y la cámara corta. No se muestra el coito, él ni siquiera se desnuda, pero ella ha mostrado los pechos en un plano que es la demostración de la teoría de Mulvey. Además, en la escena siguiente ella cuenta mirando a cámara que eran amantes y que “Justo era un superdotado”. Este periódico ha intentado sin éxito ponerse en contacto con el director para hablar sobre el contenido de la escena en cuestión y su intención.

Berta Ojea, secretaria de igualdad en la Unión de Actores, se mostraba muy autocrítica con su sector en un reportaje de este periódico y creía que siempre estaban ofreciendo “contenidos machistas”. “Damos contenidos donde las mujeres son muy jóvenes y siempre el objeto del deseo del protagonista, que encima tiene diez o quince años más que ella. El cine y el audiovisual está avanzando en igualdad, pero se sigue creando contenido que no nos representa y que es un mal caldo de cultivo de cara a la sociedad. Hay que ser responsable con lo que hacemos”. Decía las mismas palabras con las que actriz Aitana Sánchez-Gijón definía hace tres años todos los papeles que siempre le llegaban durante una temporada: “En el cine español pasas de ser el objeto del deseo a la madre del objeto del deseo”.

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