La carta de Ana a su salvador, el ciclista que la rescató cuando la estrangulaban

- "Si Felipe hubiera pasado unos segundos más tarde, no estaría escribiendo estas líneas".

- La mujer agradece al ciclista su valentía en un momento crítico: "No me quedaba oxígeno".

La carta de Ana a su salvador, el ciclista que la rescató cuando la estrangulaban - EL ESPAÑOL
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Según informa Silvia Gil en EL ESPAÑOL, sucedió la noche del pasado viernes. Una joven caminaba sola por el paso subterráneo del puente de Piles. Se trata de un lugar céntrico en Gijón, cercano a la playa de San Lorenzo. Allí la joven fue abordada por un individuo que no conocía, quien comenzó a estrangularla. Casi lo logra.

Por suerte, un joven ciclista paseaba también por la zona a las mismas horas y se topó con una escena que pudo haber acabado en tragedia. Felipe, al ver la agresión, corrió hacia el lugar con la intención de defender a la víctima. Ahí logró salvarla. En ese intante, el agresor dirigió su atención hacia el ciclista y extrajo una navaja con la que le  amenazó. Pero la joven ya había sido liberada.

En la zona había dos agentes de la Policía Local que lograron, finalmente, reducir al agresor. El hombre ya está detenido. Tiene 49 años y es vecino de Laviana. Varios días después, la víctima, la mujer que casi pierde la vida de forma funesta en el suceso, ha escrito una carta relatando lo sucedido. El escrito se titula 'Mi Ángel de la Guarda'. Esta es la carta completa:

Felipe. Mi Ángel de la Guarda.

Hacia las nueve y media, volvía a casa, después de caminar por el muro de San Lorenzo. Saliendo del pasadizo inferior de la rotonda del puente del Piles a la avenida de Castilla, un desconocido se abalanzó sobre mí por la espalda, estrangulándome con su brazo.

No me habló, no me pidió dinero. No le vi la cara. Solo trataba de asfixiarme. Luché todo lo que pude, pero su corpulencia era demasiado para mí. Ya estaba prácticamente asfixiada, es muy duro porque eres consciente de que tu vida se acaba.

Pero en ese final, apareció un ángel, un valiente con mayúscula, un ciclista, un enfermero del SAMU, Felipe Carreño Morán, al que debo la vida, al mirar vio mi cara completamente morada y se dio cuenta de que no había tiempo.

Se enfrentó al agresor poniendo su vida en riesgo, quien inmediatamente le sacó un cuchillo. Si Felipe hubiera pasado unos segundos más tarde, no estaría escribiendo estas líneas. No me quedaba oxígeno.

Hasta aquí, un breve resumen de mi segundo nacimiento.

¿Por qué me animo a escribir estas líneas? En primer lugar, para dar las gracias a Felipe Carreño Morán, el ciudadano que se bajó de su bicicleta de manera generosa y valiente y me salvó la vida. Es difícil de encontrar las palabras adecuadas para transmitirle mi más profundo agradecimiento por su ayuda y valor. En segundo lugar, manifestar mi agradecimiento a la Policía Municipal. Todos ellos fueron muy amables y comprensivos en mi estado de nerviosismo, en especial los dos agentes que detuvieron al agresor.

"Una persona con problemas mentales"

Yo me enfado muchas veces porque me ponen multas, pero el viernes me di cuenta que en lo realmente importante también están ahí. Aunque a mí me parece un mundo, porque Felipe estaba en riesgo, tardaron menos de cinco minutos en llegar (los agentes). Rapidez y profesionalidad.

Y en tercer lugar: Al parecer quien me atacó es una persona con problemas mentales. A mi memoria me viene el triste fallecimiento de un niño hace unos años en el parque de Isabel la Católica.

Otra persona, también con sus facultades mentales alteradas, le quitó la vida delante de su madre. Voy recuperando poco a poco la normalidad pero en los momentos que aún recuerdo lo pasado me pregunto: ¿esta persona atacará a otro inocente? ¿Se puede evitar? ¿Tendrá la suerte de salir con vida como yo? ¿Qué pasa con estas personas con patología mental que andan por la calle y nadie les controla? Muchas gracias de corazón a los que de una manera u otra me ayudasteis.

Ana Fernández Prieto.

Fuente: EL ESPAÑOL

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