Los Carrasco, dos granjeros hundidos por Jordi Évole al colarse con sus cerdos

José Luis y Juana son los continuadores de un negocio familiar de cría de ganado porcino: él, además es veterinario de profesión y fue en las listas municipales de Ciudadanos en Alhama de Murcia. "Una familia de aquí de toda la vida. Esto es una desgracia para ellos", comentan sus vecinos

Los Carrasco, dos granjeros hundidos por Jordi Évole al colarse con sus cerdos
photo_camera Los Carrasco, dos granjeros hundidos por Jordi Évole al colarse con sus cerdos

Según informa Silvia Nortes en EL ESPAÑOL, a la entrada a la localidad de Alhama de Murcia, junto a la Autovía del Mediterráneo, las instalaciones de El Pozo Alimentación S.A. se presentan imponentes. Al conjunto de bloques uniforme y ordenado que preside el paisaje en las faldas de Sierra Espuña le da la bienvenida un gran cartel con el nombre de la empresa, como si por estos lares aún hubiese alguien que ignorase su presencia.

El Pozo es el buque insignia del Grupo Fuertes, un potente holding empresarial murciano centrado en la agroalimentación que nació como una pequeña charcutería durante la Guerra Civil, y que cerró el ejercicio 2016 con 1.041 millones de facturación. La fortaleza del negocio no ha impedido, no obstante, que sus prácticas sanitarias se vean puestas en entredichotras la emisión en La Sexta del capítulo del programa Salvados dedicado a la industria cárnica.

La parte más cruda del reportaje de Jordi Évole mostraba una zona de la granja Hermanos Carrasco, proveedora de ganado de El Pozo, en la que aparecían cerdos con malformaciones, ejemplares muertos y escenas de canibalismo. Para la grabación de estas imágenes, Évole se coló en las instalaciones de la granja de noche, junto con miembros de la ONG Igualdad Animal.

Uno de los cerdos que se encontraba en la granja de Cefusa.Uno de los cerdos que se encontraba en la granja de Cefusa.

Los dos hermanos, J. Martínez Carrasco y J.L. Martínez Carrasco son los continuadores de un negocio familiar de cría de ganado porcino que, antes que ellos, gestionaban sus padres. J.L., además, es veterinario de profesióny miembro del equipo candidato a la alcaldía de Alhama de Murcia de Ciudadanos.

“Una familia de aquí de toda la vida, muy buena gente. Se dedican a trabajar los cochinos y nada más”, nos dice una residente de La Costera. “Esto es una desgracia para ellos, me da mucha pena”. “Están muy afectados desde que esto pasó”, añade otra. Es lo poco que se comenta entre los vecinos, que ven el asunto como “un tema delicado”.

"Tres meses parados"

Según una fuente cercana a la familia –que prefiere mantenerse en el anonimato- con la que ha podido hablar EL ESPAÑOL, la granja interrumpió su actividad tras la incursión de Jordi Évole, que tuvo lugar en septiembre del año pasado, y lleva cerrada desde entonces. “Son más de tres meses parada, para una familia que se sustenta de esto”.

Un parón productivo –ahora definitivo, al menos en lo que a la relación con El Pozo se refiere- con la consiguiente merma en los ingresos de la familia, que vive prácticamente en su totalidad de la venta de ganado a Cefusa. "Tienen también unos cuantos limoneros, pero eso no da para nada", afirma nuestra fuente. Además, durante estos meses han recibido inspecciones sanitarias por parte tanto de El Pozo Alimentación, como del Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (SEPRONA).

El asunto de las inspecciones sanitarias también ha despertado controversias tras el reportaje de Salvados, sobre todo después de que Francisco José González, director general de Ganadería de Murcia, asegurase a Évole tras ver las imágenes grabadas en la granja que desde el organismo público no tienen “responsabilidad ninguna. Hubiéramos tenido responsabilidad si hubiéramos conocido el caso y no hubiéramos actuado".

"Si acaso avisan el día anterior por la tarde, y te dicen que al día siguiente a las 8 de la mañana tengas toda la documentación preparada, pero eso de que avisan dos o tres días antes no es verdad”, comenta un ganadero porcino de la zona. “Yo de repente veo que hay unas personas entrando a la granja y ya sé que son ellos. Me lo revisan todo. Los barracones, la oficina, los tanques… hasta me preguntan si llevo el móvil encima, por si me pasa algo”.

"Évole se coló de manera ilegal"

"Lo que está probado”, continúa la fuente cercana a la familia Martínez Carrasco, “es que Évole se coló de manera ilegal en una propiedad privada, y además solo mostró una parte de lo que allí había”.

En efecto, tras la emisión del reportaje, los servicios de comunicación de El Pozo emitieron un comunicado en el que aseguraban que dichas imágenes “corresponden a un área de recuperación sanitaria, es decir, que son animales que tienen algún tipo de malformación o enfermedad de nacimiento, que deben vigilarse para controlar su evolución y mejora y, si no se produce, llevar a cabo su sacrificio sanitario.”

A este respecto, la Academia de Ciencias Veterinarias de la Región de Murcia afirmó también vía comunicado que “esa carne no se destina al consumo humano. Sólo van a matadero los cerdos sanos que puedan andar y entrar por su propio pie.” A esto añaden que los cerdos que aparecen con malformaciones en el reportaje son cerdos con hernias, “como las que puede tener cualquier ser humano”.

"A veces se hernian por sobrealimentación”, comenta el empleado de otro de los criaderos de la zona. “Cuando hay sol y calor no comen. Luego llega el fresco y la noche, están muertos de hambre y se hinchan a comer. Luego beben agua, y les explota el estómago, les sale un bulto en la barriga”.

Este mismo trabajador señala una pequeña caseta, separada de los barracones. “Ahí es donde metemos a los cerdos que están enfermos, que se han roto algo… para que no estén con los demás, porque si no les pegan y no se puede tenerlos juntos. En todas las granjas es así”.

Sigue leyendo el reportaje en EL ESPAÑOL

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