El 'caballo' está en manos de clanes gitanos: de los Gordos a los Casiano, así mueven la heroína

Un puñado de familias de etnia gitana con contacto directo con los narcos de Turquía llenan con cientos de kilos de ‘jaco’ al mes las calles de toda España. Trabajan en el negocio abuelos, hijos, nietos, sobrinos...

El 'caballo' está en manos de clanes gitanos: de los Gordos a los Casiano, así mueven la heroína - EL ESPAÑOL
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Según informa Andros Lozano en EL ESPAÑOL, “ellos ya estaban cuando en la década de los 80 del siglo pasado llegó a España el boom de la heroína. Fueron quienes la introdujeron en el país y dieron pie a que una generación de jóvenes se convirtieran en yonquis del caballo”, explica un inspector de Policía Nacional con diez años de experiencia en la lucha contra las drogas.

Hoy, casi cuatro décadas después y con un aparente repunte del consumo del jaco, este agente asegura que “siguen siendo ellos quienes todavía controlan la mayor parte de la heroína que entra a la Península”.

El agente se refiere a los patriarcas de la heroína. Fuentes policiales cuentan a EL ESPAÑOL que “un puñado de clanes gitanos, a lo sumo una decena de familias” repartidas por toda la geografía española, atesoran todo lo necesario para llenar de caballo las calles de las grandes capitales del país.

Los Casiano, de Sevilla, con Juanín al frente, o Los Gordos, de Madrid, son dos de esos clanes. Tal vez los más poderosos, aunque en un mundo tan opaco es difícil saberlo. Pese a que muchos de sus integrantes están entre rejas, sus descendientes han cogido el testigo.

Ese “puñado de familias” son fiables en el pago y constantes en los pedidos, que suelen ser de 20, 30 o 40 kilos cada tres o cuatro semanas. Tienen hilo directo con los grandes distribuidores de Turquía, la gran vía de entrada a Europa de la heroína que procede del triángulo de Oriente Medio formado por Afganistán, Pakistán e Irán.

También disponen de una red de clientes (a su vez, convertidos en otros intermediarios) que fraccionan sus pedidos y los transportan en menores cantidades que van desde el par de kilos hasta la decena.

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