Según informa Daniel Ramírez en EL ESPAÑOL, Pedro y Borja, pareja, de 19 y 20 años, caminaban por el centro de Palma de Mallorca. Eran las nueve y media de la noche. Al cruzarse con unos amigos, se despidieron en catalán. Por detrás iban dos chicos y una chica. Comenzaron a increparles en voz alta: "Maricones, maricones". Después repitieron con sorna la expresión que los dos jóvenes emplearon para decir adiós a sus colegas: "Que vagi bé" -que vaya bien-.
"No hicimos caso y seguimos andando", relata Borja. Según cuenta este sevillano afincado en Palma desde hace siete meses, el lugar que transitaban "es céntrico" y "suele estar muy concurrido", lo que, en un primer instante, les tranquilizó.
"Cuando vimos que nos seguían y que no paraban, nos pusimos nerviosos. Nos detuvimos y permitimos que nos adelantaran, a ver si así nos dejaban en paz", prosigue.
"Uno de los chicos me preguntó de qué marca era mi móvil y no le respondí. Fue entonces cuando la chica nos dijo a ver si buscábamos pelea", narra Borja. A partir de ahí, el agresor se despojó de la gorra que calzaba y comenzó a golpearles.
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