Brutal agresión en una calle a un hombre y su nieto: el abuelo en estado crítico

Según recoge El Caso, un hombre de 71 años y su nieto de 20 fueron apaleados brutalmente por dos turistas irlandeses en la urbanización Santa Ponça de Calvià, en Mallorca. La agresión se produjo de madrugada, sin provocación por parte de las víctimas, y, a consecuencia, el hombre mayor tuvo que ingresar en el hospital, donde lo operaron de urgencia por las graves fracturas que tenía en la cara. La víctima más joven también necesitó atención médica, ya que perdió el conocimiento durante varios minutos después de ser golpeado con mucha violencia por los dos turistas, ambos de 18 años.
La Guardia Civil y la Policía Local de Calvià detuvieron a los supuestos agresores, que entraron en la cárcel de Sóller, pero quedaron en libertad al cabo de poco después de depositar la fianza que había acordado el Juzgado de Instrucción en funciones de guardia de Palma frente al que comparecieron.
Los insultan, los persiguen por la calle y los apalean brutalmente
Las víctimas y otros miembros de su familia, de la misma nacionalidad que los agresores, estaban en un local de tatuajes de la calle Ramon de Montcada de Santa Ponça cuando se encontraron con los dos adolescentes. Según ha adelantado el Diario de Mallorca, los chicos los insultaron y los amenazaron sin motivo alguno aparente. A pesar de intentar ignorarlos, los chicos siguieron gritando y generando mucho alboroto, por lo que los responsables del establecimiento los echaron.
Los jóvenes no se marcharon, sino que se quedaron en las puertas del estudio de tatuajes, esperando durante casi una hora a que la familia saliera. Cuando las víctimas aparecieron, les persiguieron por la calle mientras seguían insultándolos, momento en el que el chico de 20 años les pidió que los dejaran en paz; entonces, empezó la paliza.
Puñetazos y patadas por todo el cuerpo, pero sobre todo por la cara y la cabeza: así es como agredieron al chico y a su abuelo, quien sufrió fracturas importantes y tuvo que ser operado de urgencia. La paliza tuvo lugar frente a un restaurante de comida rápida y los testigos alertaron al teléfono de emergencias. Las patrullas llegaron a tiempo para ver cómo huían los agresores y, mientras atendían a las víctimas, dieron sus descripciones por radio al resto de patrullas de la zona que los pudieron interceptar y detener, acusados de un delito de lesiones.