HÁBLAME DE SEXO

Ayanta Barilli: “Cuando la gente es más culta tiene una sexualidad más elaborada e interesante”

"La medida del miembro es una moda, una cultura: las mujeres no necesitan un pene grande" / "Hay muchos hombres con disfunción eréctil porque se les ha dicho que siempre tienen que tener ganas"

Ayanta Barilli: “Cuando la gente es más culta tiene una sexualidad más elaborada e interesante” - EFE
photo_camera Ayanta Barilli: “Cuando la gente es más culta tiene una sexualidad más elaborada e interesante” - EFE

Una entrevista de Lorena G. Maldonado publicada en EL ESPAÑOL

Ayanta Barilli, hija del intelectual Sánchez Dragó y de la profesora de Filosofía e Historia Caterina Barilli, vivió durante su infancia en Roma, pero hace ya mucho que se independizó de sus nombres paternos y de sus límites geográficos. Es una mujer inteligente, versátil y sofisticada -una de esas elegancias naturales y dialécticas- capaz de lanzarse a la danza clásica, a la televisión, a los espacios literarios y a la radio -donde dirigió y presentó los programas EsAmor y EsSexo, y donde hoy hace lo propio con A media luz-. En 2018 se convirtió en finalista del Premio Planeta con su novela Un mar violeta oscuro.

¿Qué es el sexo para Ayanta Barilli?

Difícil… diría que es una expresión física y emocional necesaria.

Decía usted que el amor sin sexo es doloroso y el sexo sin amor es menos interesante. 

Sí. Creo que cuando se llega a un punto en la vida en el que has practicado las dos posibilidades… sin hacer ningún juicio sobre tener sexo sin amor, que me parece fenomenal, sé que indudablemente es más pleno un encuentro entre dos personas en el que se expresen las dos cuestiones. Sucede en parejas que sienten mucho amor pero su vida sexual se queda varada, paralizada, y eso a veces es complicado de resolver. Tiene que ver con los bloqueos emocionales, y a veces físicos. Produce desazón. 

¿La monogamia es imposible cuando se trata de tener una vida plena?

Bueno, ves un poco de todo. Hay personas que se pasan la vida entera juntos y otros que no, pero indudablemente (aunque las parejas rara vez te cuentan verdaderamente cuál es su situación íntima), mantener la sexualidad vida con una persona a lo largo de toda una vida es muy complicado, y quienes lo consiguen se pueden considerar sabios en este juego, en este combate que es una historia de amor.

Su padre, Fernando Sánchez Dragó, es un libertino confeso. ¿Cómo ha influido él en usted y en su manera de entender el sexo? ¿Qué educación sexual recibió?

He tenido de todo en mi casa. Me he criado con personas diversas, por mi recorrido vital. He tenido cerca a mujeres como mi abuela, con quien era imposible hablar de ninguna cuestión relacionada con el sexo, ni con el placer, ni con nada que fuera lúdico en la vida. Imposible hablar sobre nada que no fuera un deber y una disciplina. Y por otro lado, tengo un padre que en efecto es un libertino. Conozco los dos lados. Yo lo que he aplicado con mis hijos y en mi vida, desde luego, es un concepto mucho más libre de la existencia, de la sexualidad y del amor. He hablado libremente de sexo y me parece que es lo más recomendable. Me parece inaudito educar a un hijo, por ejemplo, obviando una parte tan importante en la vida: a los hijos hay que ofrecerles educación sentimental y sexual. Y ojo, la sexual no reside en ponerles en guardia sobre las venéreas o los embarazos no deseados, que también, pero esa es la parte más sencilla y más práctica. Hay una parte de juego, de corazón, de sentimientos, de inseguridades, de deseos… de particularidades, de peculiaridades que nunca se abordan. 

¿Qué inseguridades tuvo usted? ¿Cómo entendía el sexo su generación?

Yo siempre he tenido una sensación de libertad absoluta. Nunca tuve problemas en relación a esos inicios, ni en el camino, sobre la sexualidad y el amor, así que no lo recuerdo como algo problemático, no más que otras cuestiones de la vida. Por fortuna. Pero sí he estado rodeada de muchos amigos para los que sí ha sido difícil, por pura ignorancia, por puro miedo. La mía es una generación (sobre todo en España, y yo soy medio italiana) donde se recibía muy poca información, pero al mismo tiempo eras más libre que antes. Eso no ha llegado a resolverse del todo. Ahora vivimos un momento de gran libertad para nuestros jóvenes y sin embargo sigue habiendo confusión y problemas para tener una vida sexual sana y placentera. Seguramente lo que pasa está relacionado con la educación. A mí me parece que la educación sexual y sentimental debería ser asignatura obligatoria en los colegios, no estar solamente en manos de los padres. Los padres son incapaces de darla, no tienen por qué tener esa preparación…

¿En qué franjas de edades la impartiría, y con qué contenidos?

Somos seres sexuados desde que nacemos hasta que morimos, pero en esta sociedad nuestra sigue pareciendo que eres una persona sexuada o sexual sólo en los años en los que te puedes reproducir, en el caso de las mujeres sobre todo. Es verdad que la vida sexual de las personas en Occidente ha aumentado muchísimo. Antes una mujer de 40 años parecía que cerraba compuertas, y ahora ya no es así. Llegamos a los ochenta sin haber dejado de practicar sexo. Por eso creo que la educación sexual debe comenzar desde el principio, cada momento en su justa medida. 

¿A qué edad es “desde el principio”? ¿Los seis, cuando comienza la educación primaria?

En el colegio podría ser a los seis, pero yo creo que debería empezar sobre los tres años. Igual que les enseñas a andar, y a comportarse. 

¿Siente que España es mojigata?

No sólo España, que por supuesto también lo es. No entiendo nuestras reticencias. Se nos suben los colores cuando hablamos de sexo pero no cuando hablamos de política.

¿Cuál es el mayor tabú sexual que existe en la España de 2019? 

Yo creo que todo es un tabú en el sexo, no es que haya nada específico. A mí no me sorprende que haya cierto tabú o reticencia cuando se habla de intersexualidad o de cuestiones menos frecuentes (que deben ser absolutamente respetadas), igual que antaño lo había con la homosexualidad. Pero el problema de raíz es hablar de sexo como de un problema. 

¿Influye la cultura o la inteligencia en el atractivo sexual?

Yo creo que el sexo es cultura. La sexualidad está en el cerebro, no en los genitales: de ahí baja a las partes erógenas de nuestro cuerpo. Todo tiene que ver. Cuando la gente es más culta y está más preparada tiene una sexualidad más elaborada y más interesante.

¿Uno tiene mejor sexo cuanto más libros ha leído o al revés?

Hay una parte animal en el sexo, pero también hay una parte más elaborada intelectualmente. Si el sexo es una conexión con las estrellas, que lo es, en parte, indudablemente eso tiene que ver con la imaginación, con las fantasías, con desarrollar diversos deseos a lo largo de la vida. Tiene que ver con aceptar tus cambios, tus intereses (que cambian también)… es un camino que tiene que ver con el desarrollo de la persona, por lo tanto hay que usar la inteligencia. 

¿El sexo es narrativo? Hay mucha gente que lo practica en silencio.

Claro, hay una parte de la sexualidad que consiste en viajar a otros mundos. Por eso me sorprende que en las películas pornográficas se desarrollen tan poco los diálogos entre actores. Yo entiendo que lo más atrayente y lo más excitante es poner en marcha esa parte del cerebro que es la palabra. No concibo el sexo sin la palabra. Sin la palabra no tenemos seducción.

¿Qué es lo que los hombres aún desconocen del placer femenino? 

No hay tantas diferencias entre la sexualidad masculina y la femenina, como han querido que creyéramos. Ha sido todo una cuestión ideológica, como tantas cosas que nos separan. La mayor parte de los problemas que tienen hoy los hombres en nuestra sociedad en cuanto a la disfunción eréctil, por ejemplo, no derivan de nada físico, ni de una diabetes. Se produce porque van demasiado rápido. Porque se les ha dicho que siempre están listos para tener un encuentro sexual. Por eso padecen eyaculaciones precoces… es un problema que los varones podrían no tener, es un problema de educación. Se les ha dicho que siempre tienen que tener ganas. Y si no tienen, es un problema. Pero el varón necesita un periodo de acercamiento a su pareja sexual, de acercamiento, de seducción, de calentamiento… igual que la mujer.

¿El tamaño importa? 

No importa dentro de los baremos normales. Y cuando hay patologías también existen soluciones. Si un hombre tiene un pene con una medida inferior a la media y realmente le está generando preocupación, existen diferentes operaciones y bastante sencillas. 

Tengo entendido que no se consigue alargar mucho. 

1 o 2 centímetros es mucho, y no sólo se trata de alargar. El ensanchamiento de pene es más eficaz. Es una operación muy sencilla. Fíjate lo maleducados que estamos sexualmente que cuando una persona tiene un problema sexual tarda más de diez años en acudir a una consulta, ya sea sexológica o psicológica. Nos han enseñado que se puede vivir sin tener una sexualidad plena. La medida es una moda, es una cultura, no creo que las mujeres necesiten un pene grande en absoluto. Tiene que ver con una imagen impuesta a los hombres. Mira los griegos. En esas estatuas tan bellas el miembro viril de un hombre no aparece realzado por su medida. Son pequeños y hermosísimos. El sexo no tiene nada que ver con las medidas. 

Una banda sonora para tener sexo y otra para hacer el amor. 

Estoy en un momento en el que no distingo una cosa de la otra. Para mí no existe esa distinción, yo no tendría sexo por tenerlo, igual que si un plato de comida no me interesa, prefiero comer pan. Estoy hiperalimentada. Me pasa lo mismo con el sexo: la banda sonora es la palabra. 

¿El feminismo está cambiando nuestra manera de entender el sexo?

Cualquier cosa que nos lleve a alcanzar la igualdad entre hombres y mujeres es un avance, me parece indiscutible. Pero todo lo demás, todo este batiburrillo de palabras y de cosas quita la atención sobre algo fundamental, y es que somos personas independientemente de nuestro género. Nos tenemos que relacionar con los mismos derechos y los mismos deberes. 

Pero, ¿ha cambiado la seducción? Recuerde el “sólo sí es sí”. 

Ese es un problema de los medios de comunicación, como muchas cosas. Porque vende, por eso se le da muchísima importancia. Se ponen titulares, pero francamente no creo que en las relaciones entre personas estemos a esos niveles. Nadie en España firma consentimiento para mantener una noche de sexo, no se va a llegar a eso, es una exageración para distraer el concepto fundamental: somos libres e iguales, y punto.

¿Grandes mitos eróticos españoles?

No tengo mitos de ningún tipo. No sé, Julio Iglesias lo fue para ciertas mujeres o para ciertos hombres de una determinada edad, yo qué sé, ahora será Mario Casas… pero en realidad esto es una repetición de lo mismo. Estamos buscando fuera de casa lo que no tenemos en casa. Yo nunca he deseado conocer a nadie, nunca he tenido mitos. No me gusta el cartón piedra, me gusta la gente que conozco y me encuentro… no Richard Gere. 

¿Cómo interceden las drogas en el sexo?

Depende. Indudablemente hay drogas que son contrarias al sexo, como el alcohol, por ejemplo. El alcohol genera problemas físicos y psicológicos. El cannabis, la marihuana… funcionan diferente, cualquier cosa que pueda suponer una desinhibición sin que pueda producir disfunciones eréctiles. A quien le guste eso, pues es una manera de navegar. El popper y el éxtasis no servirán para quien quiera tener un encuentro coital, pero sí para tener un encuentro o reencuentro emocional: puede ser gozoso estar besándose o tocándose, pero produce mucha falta de lubricación y disfunción eréctil. 

¿Y la cocaína?

Puedes utilizarla, pero te vas a perder los detalles. La buena utilización de las drogas de modo puntual o específico puede valer para resaltar algunos sentidos, evidentemente todo hecho con el juicio necesario. 

¿Cuál es el político más sexual de nuestro panorama?

Ninguno. No hay nada que deteste más que la política, y a los políticos no los aguanto… para mí carecen de sexo. No son para mí elementos eróticos. 

¿Qué opinión tiene acerca de la prostitución? ¿Regulacionista o abolicionista?

No tengo una opinión por una razón muy sencilla: me parece que los datos que ofrecen asociaciones diversas y la prensa están manipulados según la ideología de quien los ofrece. No puede ser que para algunos la trata sea el 90% de la prostitución en España y para otros sea el 5%. Cuando hay un desvarío tan grande, prefiero no juzgar. 

¿Y qué hay de la pornografía?

Bueno, en lo que respecta el feminismo, ahora hay lo que llaman porno para mujeres. La industria del porno ha variado mucho dentro de lo que es el porno. Pero el porno es porno, ¿sabes? Es lo que es. Es una fantasía sexual que no pertenece a la realidad y que agrupa todos los elementos que de modo racional o irracional pueden poner en marcha nuestro deseo, ya tengas 18 años o 52, ya seas machista o feminista. Hay un rato en el que te puede gustar asomarte a la pornografía. Pero nadie en su sano juicio piensa que la pornografía haya que trasladarla a la cama íntima. La pornografía es un cómic. 

Parece que hay quien no lo entiende. Mire el caso de los pornonativos. 

Sí, pero ahí volvemos a la falta de educación sexual y sentimental. Francamente: nos estamos centrando muchísimo en que los niños son pornonativos y esa es una responsabilidad únicamente familiar. Si aparcamos a nuestros hijos frente a una tableta es como si les llevamos a un parque, con ocho años, y les decimos “te dejo aquí, vuelvo dentro de 4 horas”. No podemos desrresponsabilizarnos de todo. En internet se ve porno y se ve gente a la que le disparan a la cabeza, y no estamos hablando de esa violencia tan brutal. De nuevo, demonizamos el sexo. El porno no me parece un problema en el desarrollo de la sexualidad. 

Fuente: EL ESPAÑOL

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