Avicii, el DJ que acabó sepultado por el éxito y el alcohol

Un documental producido por BBC y que se puede ver en Netflix, ofrece la cara B del éxito y la fama del artista, que recurrió al alcohol para soportar la presión

Muere repentinamente a los 28 años de edad el ‘DJ’ sueco Avicii
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Según informa Javier Zurro en EL ESPAÑOL, la muerte del DJ Tim Bergling, más conocido como Avicii, con tan sólo 28 años ha conmocionado a todo el mundo. Muchos la han calificado como la primera víctima de una industria musical salvaje que exprime a sus artistas más exitosos en busca de un rendimiento económico cada vez mayor. Si esto ya ocurre en la gira de un grupo como Supersubmarina -cuyo accidente de trabajo también sirvió para debatir sobre las condiciones laborales de los músicos-, imaginen a un DJ que llegó a dar 550 actuaciones en menos de cuatro años. Un día podía levantarse en Ibiza, y al día siguiente tocar en Nueva York. Un ritmo que muy pocos cuerpos pueden soportar.

La aparente vida ideal de Avicii, llena de fama, éxito, dinero y mujeres, ocultaba, sin embargo, una infelicidad crónica y un estrés acumulado que le habían puesto ya varias veces al borde del abismo. De hecho, Bergling ya se había retirado una vez de los escenarios, lo que provocó muchos rumores sobre su salud o sobre si podría aguantar en el estrellato mucho tiempo.

Para entender lo que pasaba por la mente del DJ existe un relato imprescindible, el documental True stories producido hace un par de años por la cadena británica BBC y que se encuentra disponible en Netflix. En él se mezcla el relato de una estrella hecha a sí misma, que nace de la nada, la típica historia de superación personal, con la cara oculta del éxito. La de un joven frágil que no pudo soportar todo lo que el mundo de la electrónica le pedía y le daba.

Lo deja claro en los primeros compases del documental, cuando en una voz en off Avicci confiesa que los cinco primeros años fueron maravillosos porque se sentía especial, “sentía que me aceptaban”, pero justo después añade que “no me paré a pensar qué era lo que no me gustaba de las giras”. De repente, alguien que se había criado en su Estocolmo natal toda la vida, salta a la fama y no tiene ni un segundo libre. “En todo este tiempo sólo tuve un par de semanas libres, siempre estaba de gira. En ocho años siempre he estado fuera. Nunca estaba en casa y cuando volví después de cuatro años no sentía que fuera mi hogar. Ya no me gustaba, así que decidí dejarlo”, comenta sobre su decisión de tomarse un año sabático.

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