Según recoge El Caso, Satoshi Uematsu, de 30 años, ha sido condenado a pena de muerte este lunes después de que fuera detenido por apuñalar a 19 personas en un asilo a 50 kilómetros de Tokio en el que había trabajado llamado Tsukui Yamayuri-en.
Uematsu entró por una de las ventanas del edificio mientras los residentes dormían y, después de inmovilizar al personal de seguridad, apuñaló a 19 personas e hirió a 25. Las víctimas, con edades comprendidas entre los 19 y los 70 años, eran de los pacientes con más discapacidad de entre los 149 que completaban el centro. Después de la matanza el propio autor se dirigió a una comisaría para confesar los hechos.
En su declaración ante el juez, Uematsu confesó ser el autor de los crímenes y añadió que lo hizo para "salvar" a las víctimas del sufrimiento y hacerlos "felices". El caso ha sido tratado como uno de los peores asesinatos masivos de la historia de Japón y ha tenido mucha repercusión mediática debido a la crueldad de los hechos.
Los abogados de Uematsu, aunque no han negado en ningún momento su culpabilidad, han intentado rebajar la pena asegurando que el autor de los hechos sufre una enfermedad mental y que en el momento de los asesinatos estaba bajo el efecto de las drogas. Pero si bien se encontraron componentes relacionados con la marihuana en su sangre, el Tribunal ha fallado aplicando la pena capital, argumentando que Uematso era plenamente consciente de sus actos y cometió "un crimen inhumano que no deja lugar para la indulgencia".
Meses antes de la matanza, la policía recibió una carta en la que Uematsu explicaba su plan y manifestaba su deseo de que todo el mundo con una enfermedad mental tuviera acceso a la eutanasia. También había avisado a amigos y compañeros de trabajo, hecho que acabó con su cierre en un centro psiquiátrico bajo órdenes de la policía. Doce días más tarde lo dieron de alta ante una aparente mejora de la conducta.
