Cinco alimentos que parecen sanos y no lo son tanto y deberías controlar por salud

Varios productos alimentarios se popularizaron por ser saludables y tiempo después se ha demostrado que no lo eran

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Una información de J. R. R. publicada en El Español

De bocado ignorado a imprescindible

Como cualquier otra mercancía, los productos alimenticios se ponen de moda y caen en el olvido. Muchos de ellos se popularizan tras adquirir fama de saludables y, poco tiempo después, se desmienten sus supuestos beneficios. Por esta razón, la tendencia actual es apostar siempre por los alimentos sin procesar o, si no hay más remedio, optar por los procesados elaborados con pocos ingredientes naturales.

El problema principal es que el supermercado está plagado de productos elaborados con recetas muy calóricas y poco sanas. En ellas, se pueden encontrar altas cantidades de azúcar, edulcorantes alternativos, sales o grasas para potenciar los sabores. Realizar la transición de una lista de la compra a base de ultraprocesados a una más saludable puede ser una tarea difícil.

A continuación, 5 productos fáciles de encontrar en el supermercado, con fama de saludables y que debes evitar si quieres mejorar tu salud.

Las ensaladas envasadas

El carácter saludable de una ensalada debe medirse en función de la proporción en la que se encuentren sus ingredientes. Por supuesto, la lechuga, los tomates y otras hortalizas son productos saludables, pero la mayoría de las ensaladas comerciales abusan de aderezos y salsas y de toppings como bacon o pasta. 

Esto provoca que su cantidad de azúcar, sal y grasas sea considerablemente mayor a la que contienen las ensaladas caseras, tal y como explica este artículo de EL ESPAÑOL. Preparar ensaladas en casa puede resultar más beneficioso para la salud y para la propia economía.

El muesli

En su origen, el muesli era un alimento muy saludable. Cereales, frutos secos y fruta. Sin embargo, al extenderse el rumor de sus beneficios, la industria alimentaria fue seleccionando los ingredientes y añadiendo aditivos que lo iban haciendo más dulce y delicioso. Hoy en día es difícil encontrar un muesli saludable.

Los mueslis comerciales que se pueden comprar en el supermercado pueden contener una cantidad destacable de azúcares libres y de aceites refinados. Además, algunos prescinden de la fruta y otros lo sustituyen por trozos de chocolate.

El vinagre de Módena

Entiéndase por vinagre de Módena el llamado balsámico que se puede adquirir en cualquier supermercado. Mientras que ese cuesta alrededor de los 3 euros, el verdadero vinagre de Módena puede llegar a costar cerca de 100 euros. Es decir, el que las personas de a pie echamos en nuestras ensaladas no tiene nada de saludable ni de especial.

Mientras que el vinagre de vino normal apenas tiene calorías y azúcares, el vinagre de Módena de súper contiene más de 100 calorías por cada 100 mililitros. El 22% del producto, además, es azúcar que, normalmente, se incorpora para emular el sabor suave del selecto vinagre.

La margarina

A pesar de que durante muchos años se ha pensado que era mejor untar la tostada con margarina, los expertos de hoy en día consideran más saludable a la mantequilla. Mientras que la mantequilla se elabora batiendo la leche y separando sus grasas del suero, la margarina se realiza con aceites.

Según este artículo de EL ESPAÑOL, el principal problema de la margarina del súper es que suele realizarse con aceites de baja calidad, como el de palma. A pesar del conflicto nutricional, es mejor prescindir de ambas y optar por grasas procedentes de mejores fuentes como, por ejemplo, el aceite de oliva.

Los refrescos 'light'

Como no tienen azúcar, hay personas que piensan que se tratan de bebidas completamente inocuas. Esta creencia es peligrosa. En este artículo de EL ESPAÑOL se citan varios artículos científicos que han relacionado el consumo de estos refrescos con un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular, digestiva e, incluso, neurológica.

Estos malos efectos han sido asociados a los edulcorantes artificiales que, hoy en día, no se han podido determinar sus efectos exactos sobre la salud. Sin embargo, las últimas evidencias médicas apuntan a que no son del todo inofensivos.

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