Según recoge El Caso, el viejo truco de conocerse los lugares donde están situados los radares para aflojar la marcha y luego volver a apretar el acelerador ha llegado a su fin. Y es que por mucho que uno pueda conocer la ubicación de los radares fijos o incluso de los móviles a través de Google Maps, los encargados de controlar y hacer respetar las velocidades máximas de nuestras carreteras no cesan en su empeño de ir modernizando sus radares para hacer imposible la conducción a mayor velocidad.
Los radares son cada vez más habituales en nuestras carreteras / Facebook
El TruCAM II, una bestia caza infracciones
Su nombre es TruCAM II y ha pasado a ser la estrella de la flota de aparatos para controlar la velocidad de las carreteras españolas, en la que hay 764 radares fijos, 548 móviles, helicópteros y drones.
El TruCAM II puede medir la velocidad tanto de los vehículos que se alejan de su posición como de los que se aproximan, con un margen de error de apenas 2 kilómetros/hora. El dispositivo registra las infracciones que percibe mediante una serie de fotografías que realiza cada 0,3 segundos y, según el fabricante, puede cazar al infractor a un alcance de 1.500 metros de distancia, lo que le hace implacable. Además, cuenta con enfoque automático y una pantalla LCD a la que no le afecta ni la luz solar directa ni la oscuridad.
Al estar dotado de conectividad Ethernet y Wifi, el TruCAM II puede enviar imágenes en tiempo real a los agentes de tráfico. El nuevo radar tiene tal nitidez de imagen que puede mostrar lo que ocurre en el interior del vehículo, por lo que los agentes pueden ver si el conductor está usando el teléfono móvil o si todos los ocupantes llevan puesto el cinturón de seguridad.
