La indignada reflexión de uno de los grandes investigadores por lo que ve y oye a diario

Lidera uno de los proyectos de vacuna española
 ¿Por qué los alérgicos no deben ponerse la vacuna Pfizer coronavirus?
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Según recoge el HuffPost, Mariano Esteban, uno de los referentes de la investigación médica en España, se pondrá la vacuna “que le toque” y pide no caer en dudas absurdas ante los posibles efectos secundarios de algunos medicamentos que marcan el día a día.

El jefe del Grupo de Poxvirus y Vacunas del Centro Nacional de Biotecnología del CSIC trabaja en un medicamento español que podría comenzar sus ensayos clínicos en unos meses. Pero mientras llega, a su equipo y al resto de ciudadanos les tocará acogerse a alguno de los sueros ya aprobados. No hay lugar para quejas, afirma en una entrevista recogida por EFE

“El caso es que nos alarmamos demasiado por cosas pequeñas y no vemos lo grande que tenemos encima de las narices: las ventajas, que es la parte más importante”, ha reflexionado no sin recordar la “increíble” respuesta científica a la covid en apenas un año, con investigaciones y vacunaciones “muy aceleradas”.

Para Esteban, los riesgos asociados a algunos viales son “totalmente asumibles”, en referencia a los trombos surgidos en pacientes vacunados con AstraZeneca y que han llevado a limitar su uso. Son porcentajes exiguos frente a los millones de vacunados, añade.

Explica que mientras todos demandan las vacunas “aquí lo que hacemos es quejarnos por algo que queríamos: que si esto es un desastre, que si cometemos un error... cuando todos sabemos que se pueden dar efectos adversos porque pese a ser genéticamente iguales, tenemos factores biológicos diferentes” que pueden dar lugar a reacciones nocivas, incluso la muerte.

El sector público “lo ha demandado, la sociedad lo ha exigido y países como Estados Unidos, Alemania, Francia y Reino Unido dijeron ‘¡vamos adelante!’, pusieron capital público y empujaron a empresas a hacer lo mismo y a movilizar a otros sectores”, ha proseguido. 

Para el experto el resultado es que en poco más de un año se ha puesto en marcha un proceso de vacunación “contra una enfermedad nueva, vamos a ver...”, con desajustes y altibajos porque “no somos perfectos y con los demás países ocurre lo mismo”, ha apostillado.

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