HÁBLAME DE SEXO

Alejandra Martínez: “Distingues a un machista en el sexo cuando presiona para no ponerse condón"

"El feminismo me ha ayudado a subir a un escenario y decir ‘yo me masturbo’" / “Parece que las mujeres tenemos que complacer al hombre siempre"

Alejandra Martínez: “Distingues a un machista en el sexo cuando presiona para no ponerse condón" - SILVIA P. CABEZA / EL ESPAÑOL
photo_camera Alejandra Martínez: “Distingues a un machista en el sexo cuando presiona para no ponerse condón" - SILVIA P. CABEZA / EL ESPAÑOL

Una entrevista de Lorena G. Maldonado publicada en EL ESPAÑOL

Alejandra Martínez de Miguel tiene 24 años: es psicóloga, actriz y poeta escénica. Un auténtico torbellino dialéctico. Las palabras cobran relieve -se hacen cuerpo- cuando ella las pronuncia. Sus mensajes retumban en las salas. Es beligerante, irónica, divertida, y, con todo, honda y tierna. Se expresa digna y feroz y alza sus proclamas líricas como quien declara una guerra.

El año pasado su trabajo se hizo viral al ganar el certamen Poetry Slam con Cállate y déjanos bailar, un relato de tres minutos en el que hilvana estrofas machistas de hasta 20 canciones para formar un poema feminista. 19 días y 500 noches, de Sabina, La raja de tu falda, de Estopa, Carolina, de M Clan o Noche de sexo, de Aventura, eran algunas de ellas.

Otra de sus obras reseñables es Esta es nuestra manada, un texto que escribió al conocer la polémica sentencia del caso de San Fermín y fue recitado con rabia la tarde del 26 de abril, mientras las mujeres llenaban las calles. Ahí su dardo de justicia poética: “Que no se te olvide: yo sí la creo. Que no se te olvide: esta manada aúlla más fuerte que la vuestra”. Este verso social se convirtió en uno de los seleccionados por el ayuntamiento de Carmena y fue tatuado en una acera. Charlamos con Alejandra Martínez de Miguel sobre educación sexual, machismo en el sexo, relaciones abiertas y tabúes no resueltos. 

¿Qué importancia tiene el sexo en la vida?

Durante mucho tiempo en mi adolescencia, por la poca educación sexual que había tenido en el colegio o con mis padres, el sexo ha sido bastante tabú. De hecho, yo recuerdo una experiencia que me gusta contar cuando hago poemas que están relacionados con la sexualidad: de pequeña lo pasaba mal hablando de masturbación. Me recuerdo un día, jugando a un “yo nunca”, en plan tomando algo, teniendo 15 años y diciendo “yo nunca me he masturbado”. Me puse colorada y pensé: “No puedo contarle esto a mis colegas”.

Tiempo después y cuando me he puesto a escribir sobre el tema, yo, creyendo que estaba muy liberada en el plano sexual y afectivo, me he dado cuenta de que tenía mucho tabú con mi propia sexualidad y con la sexualidad femenina. La sexualidad es parte de lo que somos y está en lo que hacemos día a día. Es importante ponerle voz y meterla en el lenguaje. Me doy cuenta cuando leo mis poemas con público. Siempre hay caras de “dios mío, es una mujer en un escenario diciendo ‘yo me masturbo’”. La primera vez que lo hice me morí de vergüenza, pero a raíz de decirlo y de decirlo, también te empoderas.

¿Por qué los padres dan por supuesto que su hijo varón se masturba pero no se plantean siquiera que su hija lo haga? 

Es parte de la sociedad en la que vivimos. ¿Por qué en chicos está normalizado y en chicas no? ¿Por qué los niños, desde que son pequeños, en los urinarios masculinos se miran el pene y hacen gracias y se preguntan; y por qué las chicas no? Es parte de la cultura: parece que entre chicas está mal hablarlo. Yo lo vivía como si fuera un pecado, como si estuviera prohibido. 

¿Fue por una educación católica?

Sí. Recuerdo el típico curso que nos daban sobre sexualidad en el colegio: era para cortarse las venas. Sí que siento que la masturbación femenina sigue siendo un tabú, aunque hablemos más de ello. Yo acabé Psicología, me especialicé en Psicología Social y mis prácticas fueron dar charlas de sexualidad en institutos de Leganés. Fue una experiencia genial porque tenía la oportunidad de dar los talleres de sexualidad que a mí me habría gustado recibir.

¿En qué se diferencian la educación sexual que recibiste y la que impartes? 

La que yo recibí se basaba sólo en relaciones heteronormativas, basadas en la penetración, básicamente. Creo que ni siquiera nos hablaron de los preservativos. No lo recuerdo muy bien, pero creo que salí un poco traumada de clase. Todo era falocéntrico. Una visión naif del sexo: la semillita y todo esto, que no entiendes absolutamente nada siendo niño. En cuanto a los cursos que yo he impartido, he tratado de hablar de la sexualidad de forma natural, y no hablar de que tiene que llegar un momento en el que estás enamorado y quieres tener un hijo… sino: cómo disfrutar de la sexualidad de una manera libre y optar. Yo decía una frase en los cursos: “La masturbación es buena siempre y cuando tú quieras masturbarte”. Tú. Porque las niñas a veces me miraban como “pero… yo no me masturbo”… y yo decía: “Si decides practicarlo es una cosa sana, pero puedes elegir no practicarla”.

Y respecto a las relaciones sexuales, yo me refería a no esperar al príncipe, sino a querer a una persona y que los dos queráis tener esa relación. “Cuando llegue el momento, el chico y la chica, o las dos chicas, o los dos chicos”… Por ejemplo, yo hasta los 16 o 17 años no me planteé cómo tenían una relación sexual dos chicas. O qué era un preservativo femenino. Estas cosas son importantes. A veces parece como “le estás dando mucha información a los niños”. No. La información es poder. Los niños ya tienen esa información: la ven a través del porno, de las series, de sus amigos. Cuanta más información les des, mejor. No se van a traumatizar ni nada por el estilo. Hay que explicarles que la sexualidad no es sólo el coito, que es mucho más. Un beso, una caricia también es sexualidad. ¿Por qué no nos educan en eso? Yo hice mis prácticas gratis: no hay dinero destinado a esto en la Comunidad de Madrid, en los colegios públicos, ¿a dónde coño está yendo el dinero? De verdad. Algo tan básico como formar en igualdad sexual a los niños. Es la base primordial de una educación. 

Pornonativos. ¿Cómo se puede neutralizar la influencia perniciosa del porno y cuáles son los riesgos que conlleva que la primera experiencia sexual de estos chicos sea con el tipo de porno que predomina en la industria?

El problema es lo que dices tú: si yo soy un adolescente de 12 años y mi primera experiencia con el sexo es a través de un porno heteronormativo, en el que el hombre siempre somete a la mujer, la visión que voy a tener de cómo es el sexo (siendo chica o chico) es una visión surrealista. No tiene nada que ver con la realidad. Yo he visto porno y a veces pienso: de verdad, si alguien tiene una relación sexual así, que lo grabe y me lo cuente. Quiero verlo (risas). No me siento identificada como mujer. Tiene un riesgo terrible. Pero claro: si no hay educación sexual en las escuelas y los padres no hablan de sexo con sus hijos porque se ponen colorados (lo máximo es “usa precaución, cariño”)… obviamente los chicos tienen inquietudes y se meten en internet. La educación debería dar un paso y llegar a los niños antes de que ellos lleguen al porno.

A mí en los coles me preguntaban: “¿Podemos ver porno?”. Las preguntas eran anónimas, me las metían en un buzón. Yo no les puedo decir a unos chavales “no veáis porno”. Lo que puedo decirles es: “Yo os recomiendo que busquéis y que preguntéis antes de ver porno, porque la información que os va a llegar es más real”. Eso hay que transmitirles a los chavales, porque además se crean unas expectativas (siendo chico o chica) que no van a poder llegar a cumplir.

Es cierto que este tema lo solemos enfocar mucho hacia el lado femenino, pero también el hombre puede sentirse acomplejado. 

Yo creo que todas las primeras relaciones sexuales son un poquito… no traumáticas, pero sí se viven con cierto miedo. Yo lloré. Pensé: ¿es esto? Esto duele. Pero claro, vas tan tenso, no tienes ninguna información… los adultos tenemos que encargarnos de eso y hablar con los niños. 

No sé cómo sería en tu instituto, pero en el mío, cuando una pareja empezaba a salir, se decía eso de “a ver cuántos meses tardan en hacerlo, porque cuanto más tarden, es que más se quieren”. Era una medida del amor. Era casi una prueba perversa para ellos: ¿cuánto sois capaces de aguantar? 

No sé si eso sigue haciéndose así, porque hablo con chicas de institutos o en recitales y me da la sensación de que ha girado. Esto se está convirtiendo más en una competición: ¿quién es todavía virgen? “Hala, ¿tienes 18 y todavía no lo has hecho con nadie?”. Es horrible, pero claro: nos ponen Élite en Netflix. Nos muestran a unos chavales de primero de bachiller que hacen orgías y consumen drogas, y yo pienso: perdóname que te diga, yo en primero de bachiller no hacía nada de eso. Y Élite se hace popular. Se hace viral. Nos pone a María Pedraza, un icono visible que gusta a los jóvenes. ¿Qué va a pensar una chica de 16 años? Que no se está drogando, que no está haciendo una orgía, que lo está haciendo mal. Las referencias culturales son esas. 

Lo veo a mi alrededor. Hay gente que sólo ha estado con una persona y sigue con esa persona. ¿Eso es saludable sexualmente o quizá no: no sabes lo que te gusta porque siempre has comido cereales? 

Hombre, yo lo veo en primos míos que se han casado con su amor de los 14 años, y en amigas mías… y lo admiro. Si estás enamorado de una persona y quieres compartir toda tu vida sexual con esa persona, y es realmente tu elección, adelante. Lo veo bien. ¿Quién soy yo para decirte “prueba otras cosas”? Pero es importante diferenciar entre tener relaciones sexuales y estar profundamente enamorado. No creo que tenga nada que ver. Yo veo importante tener cierta confianza o conexión con esa persona, sobre todo un respeto.

El respeto lo puedes encontrar también en un chico o una chica que conoces una noche, y puedes consensuar el tipo de relación y no va a ser menos válido que si te acuestas con una persona enamoradísima después de un año esperando. Depende mucho de la persona, pero sí que la educación que tenemos ahora impulsa al “tienes novio y después tienes una relación sexual, y después te casas y después tienes un hijo”. Y eso es una puta mierda, porque yo pienso: ¿y si no me quiero casar, y si no quiero tener un hijo, y si tengo novio pero me quiero acostar con otras personas? ¿Dónde encaja todo esto? 

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