Alberto, el ‘genio’ murciano que creó SeriesYonkis al descubierto: le piden hasta 550 millones

“Profesionalmente, mi vida ha cambiado ahora mucho, ya no estoy en ningún sitio web”, dice en exclusiva para EL ESPAÑOL creador de Series Yonkis en vísperas del juicio

Alberto, el ‘genio’ murciano que creó SeriesYonkis al descubierto: le piden hasta 550 millones - EL ESPAÑOL
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Un reportaje de Jorge García Badía publicado en EL ESPAÑOL

Pasó de ser un becario más de la Universidad de Murcia a estar en la diana de toda la industria cinematográfica y de productoras de televisión tanto españolas como extranjeras. Este fue el giro radical que protagonizó la vida del murciano Alberto García Sola, un estudiante de la Facultad de Informática, que en 2007, con solo 22 años, se convirtió en el creador del portal Series Yonkis. “En aquellos años, para mí, la informática era una mezcla de pasión y hobby”, subraya a EL ESPAÑOL. Lo hace en una conversación telefónica de casi 11 minutos, empleando un número oculto. Este detalle, a priori, podría ser baladí de no ser porque es tan celoso de preservar el anonimato de su imagen, que ni siquiera existen fotos del protagonista en la causa más compleja contra la propiedad intelectual que será juzgada en la historia de la judicatura de este país, a partir del lunes, en la Ciudad de la Justicia de Murcia y en la que se pide una indemnización de 550 millones de euros“No soy una persona mediática”, avanza.

Este diario ha realizado un minucioso rastreo por internet y tan solo ha podido encontrar unas imágenes de Alberto García Sola, que estaban vinculadas a un blog sin actividad desde hace años, en la que aparece sonriente durante una animada cena en un restaurante chino junto a compañeros de facultad de la Universidad de Murcia (UMU). Solo un día después de hablar con el informático y descargar esas imágenes, este espacio de internet estaba capado con el siguiente mensaje: ‘Este blog solo admite a lectores invitados’. 

Han pasado doce años desde que se pusiera en marcha el portal Series Yonkis dedicado a facilitar a los internautas enlaces para el visionado ‘on line’ de series, películas y documentales. En este tiempo ha cambiado mucho aquel chico, natural de Lorca, que administró un blog en el que ofrecía numerosos post con consejos informáticos, dudas científicas, reflexiones sobre sus sueños, chistes, mensajes de las fiestas lorquinas en honor a San Clemente y que empleaba ‘nicks’ y correos electrónicos tan irreverentes como ‘alberto666’ y [email protected]. “Tengo un perfil investigador”, advierte a sus 35 años. 

“Profesionalmente, mi vida ha cambiado mucho, ya no trabajo en ningún sitio web”. No habla en vano porque además de licenciarse, este ingeniero informático ha aprovechado los últimos años para hacer un máster y un doctorado, configurando un brillante currículum profesional: ha formado parte del Grupo de Investigación de Sistemas Inteligentes y Telemática de la UMU; ha trabajado en la Universidad de Murcia; en septiembre de 2013 fue incluido en el listado del Boletín Oficial del Estado de los aspirantes que superaron la oposición al Cuerpo Superior de Sistemas y Tecnologías de la Información de la Administración del Estado… En definitiva, una mente inquieta y brillante.

“Actualmente tengo mujer, un hijo, y otro en camino; la gente en mi trabajo no sabe nada de aquello”. De esta forma tan genérica se refiere a Series Yonkis, una web que supuestamente ha causado unos daños al sector audiovisual que ascienden a 546.166.421 euros, según las estimaciones realizadas por la acusación particular que ejercen, respectivamente, la Entidad de Gestión de los Derechos de los Productores Audiovisuales (EGEA) y la Federación Antipiratería. “Mi idea es decir la verdad de lo que ocurrió”, afirma con seguridad Alberto, a horas de que arranque la primera de las cuatro sesiones que dejaran visto para sentencia esta causa en la que también se sentarán en el banquillo de los acusados: el administrativo francés Alexis Hoepfner y los empresarios catalanes David Martínez y Jordi Tamargo. 

David Martínez y Jordi Tamargo, compradores de Seres Yonkis.David Martínez y Jordi Tamargo, compradores de Seres Yonkis.

Todos ellos, según el escrito de conclusiones provisionales de la Fiscalía, como supuestos miembros de la mercantil Burn Media que en abril de 2010 presuntamente cerró la compra de Series Yonkis. La operación se materializó en Barcelona, cuando el portal estaba en la cresta de la ola, y el informático murciano recibió supuestamente la friolera de 610.000 euros por el software, los dominios, la programación, bases de datos y contenidos del portal que echó a andar a caballo entre la Universidad de Murcia, un piso de la avenida Juan Carlos I de Lorca y otro de la plaza Circular de Murcia. Este diario se desplazó a este inmueble, ubicado en un edificio espigado, en pleno centro de la capital del Segura, con una fachada que evidencia el paso de los años. El objetivo era conocer qué recordaba el vecindario de aquel universitario, pero ninguno de los consultados aporta datos de interés al periodista. “¿Series Yonkis?”, se pregunta extrañada una vecina.  

Tal era la cantidad de internautas que movilizó esta página en aquellos años que se llegó a convertir en uno de los veinte portales más visitados de España. En una entrevista a Alberto García Sola, publicada por El Mundo, en enero de 2012, se afirmaba que Series Yonkis estaba en el disparadero de la Oficina Federal de Investigación (FBI) de Estados Unidos: “El reciente cierre de Megaupload por parte de las autoridades de EEUU, con la detención de sus responsables, ha vuelto a poner en el ojo del huracán este sitio, que se menciona en la acusación del Departamento de Justicia de EEUU y del FBI”.

Habrá ‘overbooking’ de peritos

La cuestión más peliaguda del juicio será determinar el alcance del supuesto daño que realizaron los encausados contra la industria. Por ello, se prevé que a lo largo de las distintas vistas intervengan un total de 15 peritos. El motivo de este ‘overbooking’ pericial lo aclara a este diario el fiscal que lleva el caso, Pablo Lanzarote: “Aquí lo más difícil será cuantificar la indemnización por responsabilidad civil y determinar el importe del perjuicio económico causado por la difusión de cada película, cada serie y cada documental”. De hecho, en su escrito de conclusiones provisionales, Lanzarote avanza que el importe de responsabilidad civil dependerá del informe pericial. La pena de cárcel a la que se enfrentan cada uno de los cuatro encausados asciende a dos años. 

Pablo Lanzarote, fiscal en el primer juicio contra la propiedad intelectual.Pablo Lanzarote, fiscal en el primer juicio contra la propiedad intelectual. Jorge García Badía

Lanzarote atiende a este diario en su despacho de la cuarta planta de la Ciudad de la Justicia de Murcia, mientras repasa con detalle las distintas carpetas con los informes de la Guardia Civil y su escrito que data de un lejano 2014. “Tengo que repasarlo todo”. El caso ha sido complicado porque algunos de los encausados han llegado a estar en Miami, por los cambios de abogados, por los mandamientos judiciales emitidos para rastrear PayPal, ‘nicks’, correos electrónicos, servidores de España a Hong Kong…

“Series Yonkis era una actividad con ánimo de lucro porque tenía ‘banners’ de publicidad, ofrecía suscripciones ‘premium’ y contaba con una organización sistematizada con carátulas de las películas y clasificación por género, con enlaces que te llevaban a otros sitios web donde estaban alojados los contenidos para verlos en ‘streaming’ o descargarlos directamente al disco duro”, sostiene el fiscal con convicción. La expectación mediática que ha generado el inicio del juicio es máxima, tal y como admite Lanzarote: “Esta es la primera causa que se plantea en España contra la propiedad intelectual mediante el empleo de links”. 

- ¿Cuál será su línea de acusación?

- La sentencia del ‘caso Svensson’, emitida el 13 de febrero de 2014 por el Tribunal de Justicia de la Unión Europea, que considera que el hecho de facilitar enlaces sobre los que se puede pulsar para acceder a obras protegidas debe calificarse como un acto de comunicación público. Hasta ese momento, en España no estaba clara la jurisprudencia sobre la piratería en internet y había una discusión sobre si facilitar enlaces a internet encajaba, o no, en el artículo 270. 

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