Las acusaciones de cleptomanía contra Cifuentes: 'Desaparecían pendientes y bolsos, solo podía ser ella'

Alumnas del colegio mayor que dirigió la expresidenta madrileña cuentan que dejó el cargo a raíz de las acusaciones de robos que corrían sobre ella

Las acusaciones de cleptomanía contra Cifuentes en el colegio mayor: 'Desaparecían pendientes y bolsos de marca, solo podía ser ella'
photo_camera Las acusaciones de cleptomanía contra Cifuentes en el colegio mayor: 'Desaparecían pendientes y bolsos de marca, solo podía ser ella'

Según informan Daniel Montero, Carmen Lucas-Torres y Gonzalo Araluce en EL ESPAÑOL, primero fueron unos pendientes de bisutería. Luego una bufanda marca Burberry guardada para el invierno. El rumor de los pequeños robos, de cosas que desaparecían de las habitaciones de las colegialas sin que nadie supiera su paradero, corrió como la pólvora entre las paredes estucadas del Colegio Mayor Antonio Caro de Madrid.

En su planta baja, dos cariátides daban acceso a las zonas comunes donde las 150 jóvenes que hacían vida en el centro especulaban sobre la identidad del ladrón que dormía entre ellas. En la segunda planta, la expresidenta de la Comunidad de Madrid vivía junto a su familia en el piso destinado al director del centro: el cargo que Cristina Cifuentes ocupó desde 1995 y abandonó tras las acusaciones de varias alumnas que la relacionaron con hurtos.

Cuando se marchó, dijo: "No me echan las colegialas, me voy yo". Un mensaje muy parecido al de este miércoles para anunciar su dimisión al frente de la Comunidad de Madrid. Cifuentes asegura que el vídeo de hace siete años en un Eroski, entregando a un miembro de seguridad dos cremas presuntamente robadas, no ha sido el motivo de su dimisión, que pensaba dejar el cargo el próximo dos de mayo. Sin embargo, su versión no ha convencido. Tampoco convenció la explicación que dio a las colegialas.

Invierno de 1999

La vida pasaba tranquila en el colegio mayor entre clases, charlas, actividades culturales organizadas por la dirección del centro… y los hurtos. Tanto, que se convirtió en un tema recurrente entre las alumnas allí hospedadas. Frente a ellas, Cifuentes mantenía una imagen de mujer progresista, pulcra en la organización del colegio y que había instalado en la residencia medidas de libertad como el fin del toque de queda o la posibilidad de que las chicas pudieran acceder a las habitaciones con otras personas.

Solo el hecho de que varias alumnas recibieran correspondencia del Partido Popular sin haber facilitado sus datos al partido enturbió un poco la relación con algunas de las chicas. "Siempre llevaba una imagen impecable y cuidaba mucho la organización de los eventos. Mientras ella fue la directora todo fue muy glamouroso", explica una de las personas que por aquel entonces residía en el colegio mayor.

"A veces nos regalaba entradas que conseguía, entiendo, por su condición de política, para que pudiéramos ir a actos culturales como el teatro, conciertos o la Copa Davis", cuenta otra de las mujeres que vivió en el colegio el último año que Cifuentes fue su directora.

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