Acude al médico por unos fuertes dolores de cabeza y le encuentran una bala

El hombre sintió un golpe en la cabeza y en el hospital no le exploraron a fondo. Ha pasado ocho meses con jaquecas cada vez más frecuentes hasta que ha vuelto al médico

Acude al médico por unos fuertes dolores de cabeza y le encuentran una bala
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Según recoge Informativos TelecincoLeonardo Oyola estaba en el patio de su casa en el barrio porteño de Pompeya (Argentina) cuando sintió un golpe muy fuerte e inesperado en su cabeza. Instintivamente llevó su mano al lugar del impacto y sintió una herida que no era normal. Ese 29 de julio de 2018 comenzaron ocho meses de sufrimiento para este joven de 23 años. Todo por culpa de un médico irresponsable.

Tras recibir el impacto, el joven se dirigió de inmediato al Hospital Durand, pero el especialista no hizo una exploración a fondo ni solicitó una placa. Simplemente le curó la herida y le dijo que probablemente habría sido una piedra caída del cielo lo que le golpeó. Pero en realidad tenía una bala alojada muy cerca del cerebro.

 Leonardo no dudó de la palabra del médico y volvió a su casa, sin cuestionar el tratamiento que había recibido. "Yo confié en el médico, nunca viví algo así, por lo que no supe cómo manejarme", explicó en una entrevista en Canal 9 que recoge 'Clarín'. Pero el dolor se mantuvo y con el paso de los días se fue agravando. El hielo que el especialista le había indicado no mejoraba su dolor, tampoco el desinfectante ni el antiséptico.

"Las jaquecas eran cada vez más frecuentes. Y cuando me tocaba la zona afectada, me dolía muchísimo", sostuvo Leonardo, quie por problemas personales y temas laborales nunca sacaba tiempo para hacer una segunda consulta. Hasta que llegó un momento en que el malestar era insoportable: "Me despertaba con dolor, incluso al bañarme sentía dolor". Entonces, el pasado 28 de marzo regresó al hospital, ocho meses después de sufrir el impacto.

En la segunda consulta sí solicitaron una placa del cerebro

El trato esta vez fue diferente, después de contar lo que le había sucedido le indicaron que se hiciera una placa. Al regresar al consultorio le dio los resultados al doctor y vio como el rostro del médico se transformaba: tenía una bala metida en la cabeza.

Rápidamente le programaron una operación para quitar el proyectil de su cabeza, todavía sorprendidos por que su estado no se hubiera agravado en todo este tiempo: "Se quedaron desconcertados cuando les conté que sólo sufrí dolores de cabeza y que en ningún momento perdí la conciencia. Cuando me revisaron me dijeron que la bala estaba a la vista", contó el joven.

Indignado por el maltrato recibido, Leonardo exige una respuesta: "Sobreviví de milagro, esto pudo haber sido mucho peor. Este error pudo haberme costado la vida. Hasta los mismos médicos del hospital donde me atendieron me dijeron que fui víctima de mala praxis y que los trabajadores que me trataron se equivocaron".

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