Los 40 años de íntima amistad de Rajoy y Paquito ‘El majo’, el registrador que se forró guardándole la plaza

Francisco Riquelme nació en Abanilla (Murcia). Conoció al expresidente del Gobierno cuando ambos estudiaban en Madrid las oposiciones al cuerpo de registradores del Estado. Procede de una familia de agricultores. En las últimas tres décadas ha hecho fortuna

Los 40 años de íntima amistad de Rajoy y Paquito ‘El majo’, el registrador que se forró guardándole la plaza - EL ESPAÑOL
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Según informa Andros Lozano en EL ESPAÑOL, para entender la solidez de la amistad que une a Mariano Rajoy, expresidente del Gobierno, con Francisco Riquelme hay que remontarse a 1978. Por ese año, ambos estudian para presentarse a las oposiciones al cuerpo de registradores de la propiedad del Estado. Los dos jóvenes, procedentes de estrictas familias cristianas, se conocen en uno de sus viajes a Madrid. Uno viaja desde Pontevedra. El otro, desde Murcia.

Mariano tiene 23 años, ha nacido en Santiago de Compostela y es hijo de la enfermera Olga Brey y del jurista Mariano Rajoy, presidente de la Audiencia Provincial de Pontevedra. Mariano hijo, que todavía está en el último curso de la carrera de Derecho, conoce en Madrid a un chaval poco mayor que él que se presenta como Paco. Pronto, Mariano y Paco se sienten identificados el uno con el otro, aunque Riquelme procede de un mundo alejado de lo que hasta el momento ha conocido su amigo, un chico de ciudad.

Paco Riquelme nace en Abanilla, un pequeño pueblo del interior de la provincia de Murcia que a mediados de siglo pasado tiene 8.500 habitantes. A su familia se le conoce como la de Los majos. Su padre, Antonio, es agricultor. Su madre, Maruja, ama de casa. Aunque no sufren estrecheces económicas, tampoco tienen la misma holgura de bolsillo que los Rajoy Brey.

El mote de majo procede del abuelo paterno de Francisco, que se llamaba como él. En el pueblo, hasta donde viaja EL ESPAÑOL esta semana, cuentan que el hombre, cada vez que tenía una bestia buena, decía: “Mira qué burra tan maja”. Y de tanto repetir el adjetivo, el pueblo comenzó a llamarle por él.

Primer destino, casi juntos

Al año siguiente, en 1979, Mariano Rajoy se convierte en el registrador más joven del país en conseguir una plaza. En sus primeros años de trabajo fue destinado a Padrón (La Coruña), muy cerca de casa. En cambio, a su amigo Paco el majo, que también consigue plaza pero con peor nota, lo destinan a un pueblo lejos de Abanilla. En concreto, a la otra punta de España, Lalín (Pontevedra), situado a 960 kilómetros de su hogar. Pero el cambio tiene algo bueno: se podrá ver a menudo con su amigo Mariano.

En esos primeros años de profesión se fragua la amistad entre ambos. Los dos, ya como registradores, quedan a comer y salen juntos con bastante frecuencia. Luego vienen otros destinos para los dos, pero el lazo sentimental que les une ya nunca -al menos hasta la fecha- se iba a quebrar.

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