Esta localidad de Castilla-La Mancha está llena de tesoros arquitectónicos que debes conocer

Villanueva de los Infantes, en los Campos de Montiel, se nos muestra majestuosa y soberbia como una villa repleta de tesoros arquitectónicos que envuelven nuestra mirada de pasado entre sus piedras legendarias. La vida gira en esta ciudad alrededor del conjunto monumental de la Plaza Mayor de principios del siglo XVII. El sur de la plaza está compuesto por balaustradas de madera sustentadas por zapatas. Los otros dos lados lo conforman arquerías de medio punto y en el norte, el conjunto religioso, es el  broche arquitectónico de extremada belleza compuesto por la iglesia de San Andrés y la Casa Rectoral.

La ciudad sigue mostrándonos sus innumerables rincones y sus señas de identidad cautivadoras, como en la calle del General Pérez Ballesteros, la calle señorial probablemente única en otros tiempos. En las construcciones civiles destaca El Hospital de Santiago, del siglo XVII y origen medieval, la bellísima alhóndiga que nos invita a su precioso patio o la Casa del Arco, de singular belleza, con una portada que no nos dejará indiferentes en ninguno de sus detalles. La Casa de los Estudios, la casa-palacio del Marqués de Entrambasaguas, el Tribunal de la Inquisición, la Plaza de San Juan o la calle Cervantes, son entre otros muchos lugares inexcusables de nuestro paseo.

Mútiples edificios de culto religioso vienen a conformar la estampa, como la ermita del Cristo de la Familia, la iglesia de la Trinidad y otros muchos, entre los que destaca el Convento de Santo Domingo por ser el lugar donde murió Quevedo y conservar su celda en el interior.

La ciudad se alejará como se acercó orgullosa de sus legados y con la promesa cierta de que su entorno nos rendirá también de otro modo.

Fuente: Turismo Castilla-La Mancha

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