Ventura y Lorenzo, a hombros en el 150 aniversario de la plaza Toledo

Álvaro Lorenzo y Diego Ventura salieron a hombros en Toledo - Fotografía: APLAUSOS
photo_camera Álvaro Lorenzo y Diego Ventura salieron a hombros en Toledo - Fotografía: APLAUSOS

El rejoneador Diego Ventura y el matador Álvaro Lorenzo salieron a hombros, tras cortar tres orejas cada uno, en la corrida que conmemoró hoy el 150 aniversario de la plaza de toros de Toledo, festejo con el que se recaudaban fondos para Cáritas Diocesana.

FICHA DEL FESTEJO:

Se lidiaron dos toros, despuntados para rejones, de Niño de la Capea (1º) y San Pelayo (4º), bien presentados y manejables; y, para lidia a pie, otros tres de Alcurrucén (2º, 5º y 7º, éste como sobrero), muy bien presentados, y dos de Garcigrande, en general faltos de clase y casta.

El rejoneador Diego Ventura: oreja y dos orejas.

El matador Álvaro Lorenzo: oreja, ovación, ovación tras petición de oreja, silencio tras aviso y dos orejas en el sobrero de regalo.

Ventura y Lorenzo salieron a hombros.

Actuó como sobresaliente Álvaro de la Calle.

Media entrada en los tendidos, en corrida conmemorativa del 150 aniversario de la plaza y a beneficio de Cáritas Diocesana.

A PESAR DE LOS TOROS

No se quisieron sumar los toros de lidia a pie a la celebración del 150 aniversario de la plaza de Toledo. Más bien restaron, pues su deslucido juego supuso un lastre que solo las ganas y la entrega de Álvaro Lorenzo consiguieron contrarrestar.

Esos cuatro astados anunciados para el único diestro de luces, así como el sobrero de regalo, adolecieron de entrega y clase en sus embestidas, pero el toledano derrochó ambición y coraje toda la tarde dentro de unas formas siempre ortodoxas.

Si acaso, se salió de la norma al echar las rodillas a la arena en el inicio de faena de muleta del sexto, un ejemplar que tan solo aguantó tres tandas para, a continuación, venirse muy abajo.

Antes Álvaro Lorenzo había dado una gran dimensión ante el bronco segundo, destacando más por la actitud que por lo que pudo sacar en claro frente a su oponente en el plano estético.

Casi nada hay que contar de su faena al deslucido tercero, lo mismo que sucedió ante la escasa duración del sexto, pero no quiso salir a pie de este compromiso y pidió el sobrero, un bonito ejemplar de Alcurrucén que tampoco rompió con claridad, pues se quedaba muy corto y punteaba los engaños.

Aun así, Lorenzo se volvió a arrimar para, con el público a favor de obra, cortar las dos orejas que le abrían la puerta grande tras matar al primer intento. En sus cinco faenas, destacó sobre todo su fácil y expresivo manejo del capote.

Por su parte, el rejoneador Diego Ventura protagonizó una primera faena que no pasó de pulcra, guardando la traca final para su segundo, un toro de San Pelayo que, al derribar accidentalmente a su montura, despertó a los tendidos y al propio jinete.

Una vuelta al ruedo con el de San Pelayo pegado a la grupa de su caballo "Sueño" puso a los tendidos en pie, antes de que el hispano-luso clavara citando muy en corto con "Fino" y culminara la obra con par de banderillas a dos manos sobre "Dólar", al que quitó la cabezada en un gran alarde de doma .

Como colofón, Ventura clavó el rejón de muerte a la primera, por lo que las dos orejas fueron a sus manos tras una petición unánime.

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