El toreo arrimó el hombro una vez más en el festival de la lotería en Illescas

A beneficio de los afectados por las gravísimas inundaciones del pasado 9 de septiembre en la localidad toledana de Cebolla

El toreo arrimó el hombro una vez más en el festival de la lotería en Illescas - FOTOGRAFÍA: Julio César Sánchez / Aplausos
photo_camera El toreo arrimó el hombro una vez más en el festival de la lotería en Illescas - FOTOGRAFÍA: Julio César Sánchez / Aplausos

En el día de la lotería, a Cebolla(Toledo) le correspondió un pequeño pico aportado por la Tauromaquia, que se unió en un muy entretenido festival con picadores de banderilleros en Illescas, a beneficio de los afectados por las gravísimas inundaciones del pasado 9 de septiembre en dicha localidad.

El rejoneador Borja Baena (dos orejas) abrió festejo enfrentándose a un novillo mansurrón de Serrano que barbeó tablas y buscó descaradamente la salida, desluciendo el inicio. Sin embargo, Baena, animoso, articuló una faena tropezada por momentos, que fue de menos a más.

José Antonio Carretero (dos orejas), lidió un encastado novillo de Daniel Ruiz que pidió mando y con el que los mejores momentos llegaron por el pitón derecho cuando acertó a alargar el profundo -aunque no fácil- viaje del utrero albaceteño.

Lo picó, por partida doble, Morante de la Puebla, para regocijo de los tendidos, y fue banderilleado por la terna de matadores Juan Bautista, Gómez del Pilar y David Mora.

Miguel Martín (dos orejas y rabo simbólicos) aunó garra -recibió tanto de capote, con mucho gusto, como de muleta de rodillas- y clase excepcional en varios pasajes por el pitón derecho, a un bravo novillo de Domingo Hernández, de nombre Candilejas, que fue tras la muleta con codicia y la cara por abajo hasta el final; tanto, que a la postre resultó indultado. Por cierto, el novillo fue picado por Marcos Pérez, novillero y sobrino del ganadero.

Rafael González (dos orejas) tuvo que sobreponerse al ambiente de júbilo tras el indulto, en una labor de tesón y elegancia frente a un novillo encastado de Fernando Peña.

A Sergio Aguilar (dos orejas) le correspondió un ejemplar con movilidad de Garcigrande, al que aplicó la sobriedad y elegancia que acostumbró cuando vistió de oro, y sigue derrochando ahora vestido de plata.

El novillero Raúl Puebla (ovación tras aviso) vio como era devuelto el novillo titular de Ramón Carreño, por llevar el pitón izquierdo casi colgando. Con el sobrero, de La Olivilla, que no resultó fácil, especialmente por el pitón derecho, le echó pundonor, fallando a la hora de matar.

Lo brindó al torero venezolano Manolo Banegas, convaleciente en el Hospital de Parapléjicos de Toledo de un grave percance ocurrido el pasado mes de mayo.

Como banderilleros actuaron, además de los ya citados, Andrés Revuelta, Toñete, Pablo Aguado, Sergio Galán, Alberto Zayas, Álvaro Lorenzo, Miguel Abellán, Fernando Sánchez, Gómez Escorial, o Raúl Rivera, entre otros.

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