Sevilla y Madrid, cimientos de cristal de otra temporada cogida con alfileres

La comunidad manchega es la que parece va a ser la encargada un año más de mantener viva la llama del toreo. La única restricción impuesta en esta región es que no se sobrepasen los 500 espectadores independientemente del aforo de la plaza, y eso ayuda a que en los pueblos, al menos, sea rentable organizar festejos
El diestro Juan Leal en el cuarto festejo de la Feria de Ciudad Real, compartiendo cartel con Fernando Tendero y Joaquín Galdós, con toros de Las Monjas - EFE/Mariano Cieza
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La presentación de los carteles de Sevilla y los del San Isidro de Vistalegre, en Madrid, había traído la ilusión de que este 2021 podía ser el del resurgir del toreo, pero las nuevas medidas "anticovid" aprobadas por el Gobierno convierten ambos ciclos en cimientos de cristal de otra temporada cogida con alfileres.

Las nuevas restricciones para equipamientos culturales, espectáculos públicos y otras actividades recreativas, y publicadas el pasado martes en el BOE, establece como medida obligatoria "asegurar una distancia interpersonal mínima de 1,5 metros" entre espectadores.

Una norma que choca de frente con las pretensiones de muchos empresarios taurinos de conseguir que se les autorizase el 50 % de los aforos, una demanda de la que presuntamente depende la celebración de la Feria de Abril de Sevilla, y cuyo empresario, Ramón Valencia, había incluido en el plan de contingencia que se encuentra pendiente de resolución por parte del Gobierno andaluz.

No obstante, la empresa de la Maestranza ya había dado sus primeros pasos para, al menos, demostrar al aficionado que sus intenciones para este 2021 son la de dar toros, algo que ha quedado de manifiesto con la presentación de unos carteles, en los que, además, están prácticamente todos los primeros espadas como Morante, Roca Rey, Manzanares, Juli, Perera, Ureña, Urdiales o Pablo Aguado.

Pero las restricciones de Sanidad -de obligada aplicación en todas las comunidades- pueden dar al traste con la feria y con el ambicioso proyecto de la empresa Pagés. El metro y medio entre espectadores reduciría el aforo del coso sevillano en mucho menos de ese ansiado 50 %.

Unas recientes declaraciones del consejero de Turismo de la Junta de Andalucía, Juan Marín, ya confirmaba esto último, al considerar que: "No podemos ir en contra de una orden ministerial. Mucho me temo que esa distancia no se va a cumplir y la empresa tendrá que acatar esta nueva directriz del Gobierno".

La única comunidad que ya había dado luz verde al 50 % de los aforos había sido la extremeña, lo que había animado ya a los empresarios de algunas plazas de la región a anunciar festejos taurinos durante este mes de abril.

Es el caso de Almendralejo (Badajoz) que esta tarde anuncia un cartel con Antonio Ferrera, Miguel Ángel Perera y Emilio de Justo, y que parece sí va a cumplir con las restricciones impuestas.

El próximo día 10 hay una corrida de rejones en Barcarrota (Badajoz) y siete días más tardes serán Juli, Manzanares y Pablo Aguado los que hagan el paseíllo en Mérida. De aquí a entonces ya se verá qué pasa con estos dos festejos taurinos que, de momento, siguen programados.

Y si Sevilla había despertado una gran ilusión, después de la cancelación de las primeras ferias del año como las Fallas de Valencia; la bomba saltaba cuando la casa Matilla anunciaba la pasada semana un "San Isidro" de relumbrón en Vistalegre, en Madrid, con once tardes ininterrumpidas de toros y la presencia de todos los ases del escalafón, algunos, incluso, contratados por partida doble.

También se desconoce qué pasará finalmente con este ciclo, considerado una jugada maestra de los Matilla y que supone un tirón de orejas a la empresa de Las Ventas, cerrada en banda en su discurso del quiero y no puedo, y a la Comunidad de Madrid, propietaria de la Monumental madrileña y cuyo Centro de Asuntos Taurinos prefiere seguir guardando silencio.

El caso es que Vistalegre puede ser el marco del regreso de los toros a esta comunidad después del reciente aplazamiento de miniferia en Leganés y después de toda la polémica de 2020 en el que se suspendieron todos los festejos que intentaron organizarse en Alcalá de Henares, San Martín de Valdeiglesias o Aranjuez.

Más allá de estas ferias y de los más de 20 festejos programados de aquí a finales de mayo, la temporada 2021 lleva ya a sus espaldas seis corridas de toros y una novillada picada, todas ellas celebradas en Andalucía (Morón de la Frontera, Jaén y Ubrique) y Castilla-La Mancha (Herencia y Ossa de Montiel).

Precisamente la comunidad manchega es la que parece va a ser la encargada un año más de mantener viva la llama del toreo. La única restricción impuesta en esta región es que no se sobrepasen los 500 espectadores independientemente del aforo de la plaza, y eso ayuda a que en los pueblos, al menos, sea rentable organizar festejos.

El año pasado ya cerró la temporada con 35 festejos, una cifra más que loable, y este 2021, de momento, el planteamiento parece ser el mismo.

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