Vecinos de La Sagra intensifican las protestas para paralizar la planta de biogás

Vecinos de La Sagra se han concentrado este jueves ante el Palacio de Fuensalida de Toledo, sede de la Presidencia del Gobierno de Castilla-La Mancha, para paralizar la planta de biogás en Villaluenga (Toledo) - EFE/Ángeles Visdómine
Centenares de residentes de diversos municipios de La Sagra se han concentrado ante el Palacio de Fuensalida y convocan nuevas manifestaciones para exigir la paralización del proyecto de planta de biogás en Villaluenga de la Sagra. Alegan incumplimientos de distancia mínima y riesgos ambientales, mientras la empresa promotora defiende el cumplimiento normativo y beneficios agrarios.

Lo que comenzó como manifestaciones locales en Villaluenga de la Sagra ha escalado hasta movilizaciones ante la sede del Ejecutivo castellano-manchego, con vecinos de múltiples municipios de La Sagra exigiendo respuestas del Gobierno regional sobre la planta de biogás proyectada en la localidad toledana.

Vecinos de varios municipios de la comarca de La Sagra han intensificado sus protestas contra la construcción de una planta de biogás en el término de Villaluenga de la Sagra (Toledo), que consideran una amenaza para la salud pública y el entorno. Este jueves por la tarde, alrededor de 200 personas se concentraron ante el Palacio de Fuensalida, sede del Gobierno de Castilla-La Mancha, para exigir la paralización de las obras y la reubicación del proyecto a una distancia mayor de los núcleos urbanos.

La protesta fue convocada por la asociación ‘La Sagra viva sin biogás’, que agrupa a residentes de localidades como Cobeja, Yuncler, Pantoja y Añover de Tajo, entre otras. Los manifestantes han denunciado que la planta se ubica a menos de 1,5 kilómetros de poblaciones cercanas, cuando el plan regional de biometanización prevé distancias mucho mayores para garantizar la seguridad y la salubridad. Reclaman que las instalaciones se trasladen a más de 10 kilómetros de cualquier núcleo de población.

Los manifestantes han subrayado que no están en contra de la economía circular ni de las energías renovables, pero rechazan la ubicación elegida, que, según señalan, podría replicar los problemas que han sufrido otras plantas similares en zonas rurales, como olores persistentes y afecciones para los habitantes. Además, critican que el impacto de creación de empleo sea mínimo frente a las molestias que sufrirían las comunidades cercanas.

La protesta forma parte de un movimiento más amplio que ha tenido manifestaciones previas en Villaluenga de la Sagra, donde cientos de vecinos han salido a las calles para rechazar el proyecto, al que se oponen también por lo que consideran falta de transparencia y de información previa suficiente por parte de las administraciones y la empresa promotora.

Desde la plataforma vecinal, integrando a residentes de múltiples municipios de la comarca, se advierte de supuestos riesgos ambientales asociados al proyecto, entre ellos posibles emisiones de gases y olores, infiltración de residuos en acuíferos y aumento del tráfico pesado de transportes de materiales orgánicos, aspectos que, según los opositores, afectarían tanto a la calidad del aire como a la seguridad vial.

Frente a estas críticas, la empresa promovente —identificada en anteriores comunicados como Verdalia Bioenergy— ha defendido que el proyecto cumple con la legislación vigente y utiliza tecnología “de última generación” para garantizar un proceso cerrado que evita olores, ruidos y emisiones accidentales. Según la compañía, la instalación está diseñada para gestionar de manera segura los residuos agroganaderos y generar biometano y biofertilizante, lo que, afirman, beneficia a los agricultores de la zona.

Consciente del malestar ciudadano, la plataforma ha anunciado nuevas movilizaciones, incluida la concentración celebrada este jueves ante la sede del Ejecutivo autonómico, y ha emplazado a las autoridades regionales a revisar la concesión de licencias y a dialogar para buscar una ubicación alternativa que respete los criterios de distancia exigidos por los residentes.