El sacerdote José Pablo Arriero García, que llevaba toda una vida vinculado a la Capellanía del Hospital de Talavera de la Reina, ha fallecido este jueves, a la edad de 88 años, a consecuencia de un cáncer linfático que padecía desde hacía tiempo.
Así se ha dado a conocer este jueves a través de un comunicado firmado por Jorge López Teulón, donde se detalla que José Arriero García, que había cumplido 65 años de sacerdote el pasado verano, llevaba tiempo luchando contra esta dolencia y que durante su estancia en el Hospital Virgen del Prado se le realizó dos veces la prueba del coronavirus, dando negativo.
El único sacerdote diagnosticado de Covid-19 que ha muerto en Castilla-La Mancha fue un sacerdote de Ciudad Real, Francisco del Campo.
Aunque una docena de sacerdotes han contraído la enfermedad, a día de hoy no ha muerto ninguno por esta pandemia.
José Arriero nació en La Fresneda de la Jara el 29 de junio de 1931, estudió en el Seminario de Toledo y recibió la ordenación sacerdotal el 12 de junio de 1954, destinado como coadjutor a la parroquia de Santiago de Toledo, y al año siguiente, fue nombrado cura regente de Valdecaballeros (Badajoz).
También ha sido Párroco de Campillo de la Jara en 1956, encargado de Aldeanueva de San Bartolomé (Toledo) de 1956 a 1958 y Ecónomo de Recas en 1965.
En 1974, fue nombrado capellán de la Residencia Sanitaria de la Seguridad Social Virgen del Prado de Talavera de la Reina; además, ejerció de profesor de Religión Católica y Moral de la Escuela de Ayudantes Sanitarios que por entonces existía en la ciudad de la Cerámica y desde entonces, y hasta su jubilación, estuvo vinculado al mundo sanitario.
