El secretario general del PSOE de Talavera de la Reina, José Gutiérrez, se ha referido este lunes a 2017 como el "año del apaño, del amaño, del engaño, de una operación de transfuguismo nunca antes conocida en la ciudad".
En un desayuno informativo, Gutiérrez ha valorado con estos términos el pasado ejercicio y ha indicado que la expulsión de los dos concejales de Ciudadanos, Jónatan Bermejo y Montaña Palacios, y su posterior incorporación al Gobierno municipal sólo ha dado "tranquilidad" al alcalde, Jaime Ramos, y a los dos ediles citados, "pero no a la ciudad".
En opinión del dirigente socialista, este hecho ha permitido a Ramos aplicar el "rodillo" en los plenos, aunque ha adelantado que la inclusión de Bermejo y Palacios en el Ejecutivo talaverano pasará "factura política" al primer edil en las elecciones locales de 2019.
Y a este respecto ha apuntado que la manifestación celebrada el 11 de noviembre ha supuesto "el mayor fracaso político del alcalde", ya que, a su juicio, "ese día empezó a perder los comicios del próximo año".
También ha criticado que el primer edil "no ha asumido su responsabilidad como alcalde" y ha señalado que "pasa por la ciudad como un figurante, desbordado políticamente".
Respecto a las infraestructuras relacionadas con el desarrollo de Talavera, el secretario local del PSOE ha aludido a la caducidad de los estudios relativos al proyecto del AVE y ha tachado de "vergüenza nacional" el estado del río Tajo.
Igualmente, ha subrayado que no hay avances ni en lo referente a la plataforma logística ni en la terminación de la Variante Suroeste, mientras que ha solicitado el desarrollo total de la segunda fase del polígono de Torrehierro, donde ha aseverado que hay un millón de metros cuadrados de suelo industrial.
Del mismo modo, ha comentado que el desdoblamiento de la entrada a Talavera por la antigua N-5 ha de ser "prioritario" y ha acusado al Ejecutivo municipal de "manipular los datos del censo de población a su antojo".
En relación con esto, ha pedio que se pongan en marcha iniciativas laborales y empresariales que permitan a la ciudad recuperar la población perdida en los últimos años.
En cuanto a las previsiones para 2018, Gutiérrez ha manifestado que puede ser "un buen año" para Talavera, debido a que ha cifrado en algo más de 20 millones de euros las inversiones previstas por las diferentes administraciones.
Por su parte, desde el Gobierno local su portavoz, María Rodríguez, ha respondido al PSOE que su oposición "únicamente se ha centrado en una política carroñera, pensando sólo en destruir".
En nota de prensa, Rodríguez ha apuntado que el portavoz socialista "parece que sólo desea que a Talavera y a los talaveranos les vaya mal porque cree que a los socialistas les va a ir mejor".
También ha aconsejado al PSOE que deje de "aplaudir a sus jefes de la Diputación y de la Junta", debido a que "niegan talleres de empleo a la ciudad o bien no invierten ni traen empresas a Talavera", ha concluido.
CESE DEL CONCEJAL DE FESTEJOS
En otro orden, el portavoz del PSOE en el Ayuntamiento talaverano ha pedido el cese del concejal de Festejos, José Luis Muelas, por considerar que la última Cabalgata de Reyes ha sido un "caos de organización y de planificación".
Gutiérrez ha exigido a Muelas responsabilidades políticas por su labor organizativa en el desfile, mientras que al alcalde talaverano, Jaime Ramos, le ha solicitado que "vaya más allá y destituya" al edil.
El dirigente socialista ha recordado que su compañero de partido Carlos Gil "organizó doce cabalgatas" cuando ejerció como concejal de Festejos y que salieron todas "pese a que en tres llovió, e incluso más que el viernes", ha precisado.
El desfile programado en Talavera se suspendió el jueves por la noche ante la previsión de lluvias durante toda la jornada del viernes, de tal forma que no se llevó a cabo el recorrido por las calles.
El Ayuntamiento optó entonces por habilitar el pabellón 1 del recinto 'Talavera Ferial' para poder ver las carrozas de la Cabalgata, así como para que los niños pudieran encontrarse con los Reyes Magos.
Miles de talaveranos acudieron el viernes por la tarde a las dependencias feriales por lo que se formó una larga cola para entrar al recinto, lo que llevó a muchas personas a esperar en la calle en torno a media hora bajo una persistente lluvia.
