Cinco acusados de perpetrar varios robos niegan los hechos y dicen que no se conocen

El padre e hijo acusados de comprar una de las motos robadas dicen que la operación parecía legal y que no miraron el número de bastidor
La Audiencia Provincial de Toledo acoge el juicio contra seis acusados de perpetrar varios robos, algunos de ellos con el método del brutón, durante el estado de alarma, entre marzo y junio de 2020 y para quienes la Fiscalía pide penas de cárcel de hasta 17 años y medio - EFE/Ismael Herrero
photo_camera La Audiencia Provincial de Toledo acoge el juicio contra seis acusados de perpetrar varios robos, algunos de ellos con el método del brutón, durante el estado de alarma, entre marzo y junio de 2020 y para quienes la Fiscalía pide penas de cárcel de hasta 17 años y medio - EFE/Ismael Herrero

Cinco acusados de varios robos en las provincias de Toledo y Madrid durante el estado de alarma por la pandemia de la covid-19, para los que la fiscal ha pedido penas entre 17 años y medio y diez años y medio de cárcel, han negado este martes los hechos y han dicho que no se conocen, solo de vista en algunos casos por ser del mismo barrio.

La Audiencia provincial de Toledo ha acogido la primera sesión del juicio contra estos cinco acusados de robo con intimidación, robo con fuerza en las cosas, delitos contra la seguridad vial, desobediencia grave a agentes de la autoridad y falsedad documental; y otros dos acusados por receptación -padre e hijo- que compraron una moto por la aplicación 'Wallapop' que supuestamente había sido robada.

En esta primera jornada del juicio, los interrogatorios a los acusados han comenzado más tarde de lo previsto porque algunos letrados han llegado incluso a solicitar la suspensión de la vista oral por falta de tiempo para preparar la defensa de uno de los procesados que se ha incorporado a la instrucción después y ante la incomparecencia de un testigo, que sin embargo intentarán localizarlo antes de la última jornada.

Con todo, los cinco acusados de una serie de robos de motos y furgonetas en los términos municipales de Tembleque (Toledo), Serranillos del Valle (Madrid), Ocaña (Toledo), Talavera de la Reina (Toledo) y San Agustín de Guadalix (Madrid) durante los meses de marzo a junio de 2020 por el método del butrón en la mayoría de las ocasiones, han negado, ante las preguntas de la fiscal y los distintos letrados, que hayan cometido los hechos que se le imputan.

Asimismo, todos han negado que se conocieran ni tuvieran relación alguna de amistad, salvo alguno de ellos que ha comentado que conocía a otro de los procesados por ser del mismo barrio.

Uno de los acusados, para el que se pide una de las penas más alta, ha señalado que no recuerda dónde ha estado todos los días por los que le ha preguntado la fiscal, pero en cualquier caso ha asegurado que no ha cometido "ningún robo".

Sobre este mismo acusado, existe un vídeo en el que reposta en una gasolinera pero ha señalado que "en la imagen no se puede reconocer a nadie" y no ha confirmado, por tanto, que fuera él, así como también ha negado la propiedad de un número de teléfono relacionado con unas escuchas telefónicas que obran en la causa.

Otro de los acusados ha sido cuestionado por la existencia de unos guantes en uno de los vehículos interceptados en el marco de esta operación y él ha explicado que echa una mano a su hermano, que tiene un taller en Vallecas (Madrid), y que puede que "por despiste" al realizar una diagnosis de un coche que había arreglado, se los podría haber dejado dentro.

También este mismo procesado ha aportado unas fotografías para intentar demostrar que estaba en casa, con su pareja y su bebé, una de las noches en la que se cometió unos de los delitos porque además su mujer es persona de riesgo y les daba miedo salir por la crisis del coronavirus, así como ha asegurado que se presentó voluntariamente en la Comisaría y ante el Juzgado y que siempre ha mantenido "la misma versión".

Los otros dos acusados, por la compra de una moto robada en 'Wallapop', han declarado que cuando se hizo la transacción le entregaron al padre, que fue el que pagó 4.500 euros por la moto, un contrato de compraventa del que no sospecharon que fuera ilegal, mientras que el hijo ha indicado que cuando le detuvieron se dirigía, una semana después, a un circuito público y que desconocía en todo momento que la moto había sido manipulada o robada.

Durante este primer día, han comparecido también en el juicio en calidad de testigos los propietarios o socios de los negocios en los que se cometieron los robos y han relatado cómo se enteraron de lo ocurrido y que la mayoría de ellos no reclama daños -salvo la propietaria de la tienda de motos de Ocaña- porque han sido cubiertos por el seguro o se han recuperado los efectos sustraídos y les han sido devueltos.

Este miércoles continúa el juicio con varios testigos que no han comparecido este martes pero han sido localizados y los agentes de Guardia Civil y Policía Nacional que participaron en varias persecuciones para la detención de los acusados. 

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