El jurado declara culpable al acusado de asesinar a un hombre con un táser en Ugena

Juicio, con jurado popular en la Audiencia Provincial de Toledo a un acusado de asesinar a otro en Ugena (Toledo), en 2021, tras propinarle varias descargas eléctricas en la cabeza con un dispositivo táser - EFE/Ismael Herrero
Un jurado popular ha considerado por unanimidad culpable de asesinato a A.K.S., acusado de matar a golpes y mediante descargas eléctricas a un vecino de 67 años en Ugena (Toledo) en febrero de 2021. El veredicto llega tras una vista marcada por la confesión del procesado, la admisión de hechos y la aplicación de atenuantes que han rebajado sustancialmente la petición fiscal.

La Sección Primera de la Audiencia Provincial de Toledo vivió este lunes una jornada de juicio intensa, prolongada y cargada de detalles sobre la violencia sufrida por J.R.D., conocido como Santiago el Abuelo, cuyo cuerpo apareció en el dormitorio de su vivienda de la plaza Mayor de Ugena el 23 de febrero de 2021. La sesión, que se inició a primera hora de la mañana, reunió a familiares, vecinos de la localidad y miembros de las partes que siguieron con atención cada matiz de las declaraciones.

Un acusado que confiesa, pero trata de matizar

A.K.S. mantuvo durante su declaración un tono entrecortado, reconociendo su participación pero insistiendo en que su intención inicial no era matar. Admitió que consumía “mucho” aquel día y que acudió a la casa acompañado de su novia, menor de edad entonces, quien llamó al timbre “para evitar problemas” tras la discusión previa entre ambos.

En la sala, el procesado relató que lo que inicialmente tomó por una linterna resultó ser un táser de unos 17 centímetros, supuestamente propiedad de la víctima. Dijo haberlo cogido al ver una escopeta cerca de J.R.D. y sentirse “asustado”. Reconoció que golpeó al hombre repetidamente, sobre todo en la cabeza, “desde atrás”, y que sabía que la violencia empleada podía causarle la muerte. “Cuando me fui tenía claro que el hombre no iba a estar vivo”, declaró, generando un silencio denso en la sala.

El tribunal trató de aclarar varias contradicciones en su versión, especialmente su afirmación de no recordar haber introducido el dispositivo en la boca del fallecido, pese a que los forenses lo hallaron encajado hasta el fondo de la cavidad oral.

Un relato forense demoledor

La intervención de los médicos forenses resultó uno de los momentos determinantes de la vista. Describieron con precisión quirúrgica la posición del cuerpo, las lesiones y la forma en que el táser —de 24 centímetros— actuó en la boca de la víctima.

Revelaron que las lesiones halladas, tanto las contusas como las térmicas, eran compatibles con un ataque sostenido y con el uso del dispositivo eléctrico, cuya acción terminó siendo letal. Subrayaron, además, que Santiago el Abuelo no tuvo posibilidad de defenderse: no había señales de lucha ni heridas defensivas.

La exposición provocó gestos de conmoción entre algunos asistentes. El jurado tomó notas de forma meticulosa durante toda la intervención.

Testigos que reconstruyen la madrugada

El juicio también contó con una cadena de testigos que aportaron una reconstrucción casi cronológica de la madrugada del crimen.

Una vecina que llevaba solo quince días viviendo enfrente relató haber escuchado pasos, movimientos bruscos y golpes “como si se movieran cosas por la casa” alrededor de las dos o tres de la mañana. Contó que después oyó cómo varias personas salían corriendo. A la mañana siguiente, al ver manchas en el portal, las confundió con pintura.

El primer allegado que entró en la vivienda tras notar la ausencia prolongada de la víctima describió una escena de impacto: un piso pequeño, revuelto, con manchas de sangre y el cuerpo del fallecido en el dormitorio, con el táser introducido en la boca. Su testimonio generó uno de los momentos de mayor tensión en la sala.

La Guardia Civil completó la reconstrucción con detalles sobre la inspección del domicilio, la recuperación de ropa y objetos ensangrentados cerca de Carranque y el hallazgo de un monedero que el acusado reconoció haberse llevado con cocaína dentro.

El encubrimiento y la figura ausente

Otra parte significativa de la sesión giró en torno a R.E.G., acusado de encubrimiento y en paradero desconocido. Un amigo suyo declaró que el día de los hechos le entregó una manta que envolvía un objeto “como si fuera un palo”, sin explicaciones. Tras conocer la muerte en Ugena, él mismo registró su maletero, comprobó que se trataba de una escopeta y una bolsa con ropa ensangrentada y decidió deshacerse de todo en un descampado y junto a un contenedor. Más tarde avisó a la Guardia Civil.

El jurado valoró esta parte de la acusación, aunque sin la presencia física del encausado.

La Fiscalía rebaja la pena por las atenuantes

En el último tramo de la sesión, el Ministerio Fiscal modificó sus conclusiones. Consideró acreditadas las atenuantes de confesión —el acusado no negó lo sucedido— y reparación del daño —al consignar 6.000 euros como responsabilidad civil—, lo que redujo la solicitud de pena a 12 años y 6 meses en lugar de los 20 iniciales.

El jurado, tras recibir el objeto del veredicto, inició la deliberación a primera hora de la tarde. Horas después, decidió por unanimidad declarar culpable a A.K.S., rechazando cualquier opción de suspensión de la pena o de indulto.

La sentencia definitiva se dictará en los próximos días, pero el veredicto ya anticipa que el acusado cumplirá una pena de prisión significativa por un crimen que ha sacudido a la localidad toledana.