El histórico convento abraza las vanguardias de la Colección Roberto Polo

250 obras de arte moderno y contemporáneo que van desde las vanguardias históricas hasta el siglo XXI

El coleccionista Roberto Polo durante una visita por el antiguo convento toledano de Santa Fe donde se ultima la exposición que acogerá una parte de su colección de arte moderno y contemporáneo - EFE /Ismael Herrero
photo_camera El coleccionista Roberto Polo durante una visita por el antiguo convento toledano de Santa Fe donde se ultima la exposición que acogerá una parte de su colección de arte moderno y contemporáneo - EFE /Ismael Herrero

A tres días de la inauguración, el antiguo convento de Santa Fe de Toledo ha dado un salto en el tiempo y se ha empezado a acomodar a sus nuevos residentes: 250 obras de arte moderno y contemporáneo que van desde las vanguardias históricas hasta el siglo XXI y que forman parte de la Colección Roberto Polo. 

El coleccionista cubano-estadounidense Roberto Polo ha acompañado a Efe en una visita guiada por las doce salas del Santa Fe en las que se ultima el montaje de parte de su colección, cedida a Castilla-La Mancha durante quince años y que se inaugura este miércoles 27 de marzo.

El museo Roberto Polo (el nombre real es 'Colección Roberto Polo. Centro de Arte Moderno y Contemporáneo de Castilla-La Mancha') establece un recorrido cronológico por las vanguardias históricas y los realismos del periodo de entreguerras además de mostrar obras abstractas y las más contemporáneas, desde 1990 hasta hoy. 

No quiere mostrar en España lo que ya se conoce, sino aproximar al público a la pintura del norte y centro de Europa, prestando especial atención a la pintura belga.

Y en esta idea aspira a "llenar lagunas" en el panorama museístico español. Por ejemplo, con la abstracción, que llegó a España en la década de 1950 (en Cuenca, con Toner, Rueda y Zóbel) pero ya había empezado en 1910, o con el surrealismo, que llegó a España con Dalí y Óscar Domínguez pero que ya se había iniciado años antes en Bélgica.

Mientras hacemos la visita se ha acabado de montar en la capilla del convento una gran pieza de Nino Longobardi, un impresionante Cristo de nueve metros de longitud que ha llegado desde Nápoles y que compartirá estancia con una instalación (un rosario) de Maria Roosen.

En la primera sala del recorrido ya está colocada la 'Mujer del pescador en la playa' de Delacroix, y muy cerca, encima de una mesa de trabajo, aún envuelto, hay un Kandinsky de una etapa del artista anterior a la geometría. 

"¿Queréis que lo veamos?", pregunta Polo con una sonrisa. Y levanta una fina lámina de papel para enseñarnos 'Una calle en Murnau', la pintura de Kandinsky que tiene un detalle muy especial: la huella digital del artista, que plasmó su pulgar en el óleo.

En esta primera zona hay una pintura de Marthe Donas y en la escalera de acceso a la planta superior una obra de la holandesa Maria Roosen, una cascada de pechos en vidrio soplado.

Un buen número de los artistas cuya obra se expone acudirán a la inauguración este miércoles 27 e incluso muchos de ellos ya están en España, y algunos en Toledo.

Roberto Polo defiende que su colección, formada por unas 7.000 piezas, está basada en la investigación pero también está muy ligada a su vida: "una adquisición que no signifique que yo aprenda algo no tiene gran interés", afirma a Efe durante la visita.

No solo conoce cada una de las obras de su colección y explica su significado y su importancia, sino que detalla aspectos de los autores que son importantes para poner en contexto la pieza.

Roberto Polo considera que este nuevo museo será "interesante" para muchas personas que no esperan encontrar "obras de tal modernidad" en fechas tan tempranas del siglo XX, y reivindica que el papel de un museo también debe ser "enseñar, sorprender".

Rechaza que el valor del arte sea su precio en el mercado y explica que él ha sido reconocido "como visionario, como el que establece las nuevas tendencias" y precisamente en esta línea instalarse en Toledo ha sido "muy provocador".

Porque en Toledo hubo vanguardia hasta la década de los años treinta, y Luis Buñuel o Diego Rivera pasaron por la ciudad, pero después cerró las puertas a la modernidad: "la idea de un museo de arte moderno y contemporáneo donde ese tipo de arte nunca ha puesto un pie es lo que en realidad me interesó. Porque, como siempre he dicho, las vanguardias existen solamente donde son rechazadas".

Afirma que su colección va a revelar a muchos artistas "desconocidos en España que son cruciales, que son importantes" y también deja claro que siempre ha ido a contracorriente.

A su proyecto en Toledo se ha entregado por completo, hasta el punto de trasladar su residencia y cerrar su galería en Bruselas, y considera "un gran honor" estar en la ciudad.

"Me he mudado acá y cerré todo, cerré mi casa en Bruselas, cerré mi galería, cerré almacenes, cerré todo. Y me he venido a Toledo a vivir para dedicar el resto de mi vida a este museo", afirma el coleccionista, que en agosto cumplirá 68 años.

Desde su inauguración este próximo 27 de marzo y hasta el lunes 1 de abril, la entrada al museo Roberto Polo en el antiguo convento de Santa Fe de Toledo será gratuita. 

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