La Audiencia Provincial de Toledo ha condenado a cinco años y once meses de cárcel a Rafael G.R.B., de 48 años, por intentar matar con un cuchillo de cocina a Juan Antonio B.P. en mayo de 2012 en Cedillo del Condado (Toledo).
La sentencia, dada a conocer este viernes, es coincidente con la rebaja de petición de pena hecha por la fiscalía el día del juicio, el pasado día 12, y a la que se adhirió la defensa.
El ministerio público solicitó inicialmente siete años y medio de cárcel para el acusado, aunque el día de la vista oral rebajó la pena hasta los cinco años y once meses, una vez que el reo se confesó autor de los hechos.
El condenado deberá pagar al agredido, Juan Antonio B.P., una indemnización superior a los 15.000 euros por las lesiones y secuelas ocasionadas a la víctima -entre ellas una cicatriz de veinte centímetros en el abdomen- aunque la abogada del acusado advirtió de que su defendido es insolvente y por tanto no podrá hacer frente al pago.
Los hechos ocurrieron sobre las once de la noche del 24 de mayo de 2012 en la calle Marqués Estrella de la localidad de Cedillo del Condado tras una pelea entre ambos, motivada, al parecer, por un asunto de faldas.
Tras la trifulca, el procesado acudió a su domicilio donde cogió un cuchillo de grandes dimensiones, y "con intención de acabar con su vida", volvió al lugar donde se encontraba la víctima y le clavó el cuchillo en el costado.
Los agentes de la Guardia Civil del puesto de Villaluenga que se desplazaron al lugar del suceso encontraron inconsciente en el suelo a la víctima con un corte profundo en el costado, por lo que se avisó a los servicios sanitarios que lo evacuaron al hospital Virgen de la Salud de Toledo.
En la calle y a unos metros del lugar donde había permanecido tendida la víctima, la Guardia Civil localizó un cuchillo de cocina de grandes dimensiones, de unos 40 centímetros de largo incluida la hoja y el mango.
Veinte minutos después del apuñalamiento, la Guardia Civil consiguió detener al autor en la misma localidad de Cedillo del Condado, vistiendo todavía su ropa manchada con sangre.
A consecuencia de la agresión, Juan Antonio sufrió lesiones consistentes en una herida penetrante en el abdomen que le alcanzó el hígado y le fracturó el arco costal, por lo que necesitó una intervención quirúrgica, laparatomia, con 60 días de curación, de los cuales 26 permaneció hospitalizado.
La gravedad de las lesiones le hubieran ocasionado la muerte de no haber sido operado y que le han dejado tres cicatrices, una de ellas de veinte centímetros a la altura del abdomen y deformidad en la costilla.
