Flaminia Giovanelli: 'La persona humana no puede considerarse fuera de la familia'

Así se ha pronunciado en Toledo la subsecretaria del Pontificio Consejo Justicia y Paz, Flaminia Giovanelli, la primera mujer en prestar este servicio en este Dicasterio de la Santa Sede, y laica con más alta responsabilidad en el Vaticano

La subsecretaria del Pontificio Consejo Justicia y Paz, Flaminia Giovanelli, la primera mujer en prestar este servicio en este Dicasterio de la Santa Sede, y laica con más alta responsabilidad en el Vaticano, ha dicho que "la persona humana no puede ser considerada fuera de la familia, ni siquiera cuando se habla de desarrollo".

Así se ha pronunciado durante la primera ponencia que ha ofrecido bajo el nombre 'La persona y la familia en el corazón del desarrollo', dentro de las IV Jornadas de Pastoral que se están celebrando en la capital regional y que han sido presentadas por el arzobispo de Toledo, Braulio Rodríguez, ha informado la organización en nota de prensa.

Según la subsecretaria del Consejo Pontificio Justicia y Paz, la persona humana y la familia podrán llegar a un desarrollo "integral humano y sostenible" recorriendo tres caminos: "justicia, solidaridad y sobriedad".

"Justicia, mirando al que sufre, a quien falta de lo necesario. Solidaridad o no tener miedo de abrir el corazón, los bolsillos, la billetera, para vivir como una sola familia. Sobriedad: no arruinar lo que debe estar a disposición de todos, comenzando por las cosas bellas de la creación", ha señalado.

Giovanelli ha definido el desarrollo --haciendo referencia al padre Louis-Joseph Lebret-- como "la serie de transiciones que experimenta una determinada población y todas las subpoblaciones que abarca de una fase de la existencia menos humana a otra más humana".

"NO ES UN SIMPLE CRECIMIENTO ECONÓMICO"

En este sentido, ha recordado que "el desarrollo --haciendo referencia al Papa Montini-- no se reduce al simple crecimiento económico. Para ser auténtico debe ser integral, es decir, promover a todos los hombres y al hombre por entero", ha manifestado.

También se ha referido a la cuestión ecológica que propone el Papa Francisco, "cuestión que está vinculada con el concepto de desarrollo integral". En efecto, ha comentado, el Papa Francisco afirma que la ecología "exige sentarse a pensar y a discutir acerca de las condiciones de vida y de supervivencia de una sociedad, con la honestidad para poner en duda modelos de desarrollo, producción y consumo. No está de más insistir en que todo está conectado".

Así, ha insistido en que está claro que en la base de estas visiones existe el concepto de la persona humana creada por Dios como unidad de alma y cuerpo, "ser único e irrepetible, dotado de inteligencia y libertad, que vive en relación con Dios, con sí mismo, con toda la creación y con los demás", ha añadido.

Además, ha dicho que la fraternidad "es esencial" para el desarrollo integral. "Así, mientras la razón es capaz de aceptar la igualdad entre los hombres y de establecer una convivencia cívica entre ellos, no consigue fundar la hermandad sin la que no se puede realizar un desarrollo integral, o sea de todo el hombre y de todos los hombres".

En esta perspectiva, ha recordado que el llamamiento de Dios para realizar condiciones de vida más humanas," viene antes que cualquier institución, antes que cualquier sistema económico y antes que cualquier producción". "Por ende es necesario que el hombre preste atención a este llamamiento y lo acoja para identificar el sentido de los sistemas económicos, el sentido de los sistemas de producción, el sentido del trabajo", ha dicho.

"Sólo cuando sean portadoras de sentido las instituciones se convierten en herramientas verdaderamente útiles para realizar el bien común. Si los bienes son sólo bienes, si la economía es sólo economía, si el progreso es sólo crecimiento, si nada llama todo esto a ser más, y si todo ello no llama a los seres humanos a ser más, las relaciones sociales estallan en sí mismas", ha argumentado.

LA FAMILIA, "CLAVE DEL DESARROLLO INTEGRAL Y SOSTENIBLE"

"La familia, citando las palabras del Papa Francisco en su discurso ante las Naciones Unidas, es la célula primaria de todo desarrollo social"; ha señalado, para recordar que a pesar de que los economistas y sus razonamientos "ignoran la familia, la finalidad auténtica de la economía es la paz y la prosperidad de la familia, porque la persona humana es en primer lugar familia, nace en una familia, consume y ahorra en la familia, funda una familia".

Ante todo, ha dicho que "es interesante notar" que el proceso del desarrollo integral "hunde sus raíces precisamente en la familia, ello gracias a los vínculos privilegiados de solidaridad que existen entre sus miembros".

Pese a los "grandes avances" realizados por la humanidad para erradicar el hambre y la pobreza extrema en su conjunto, "podemos afirmar que la función de la familia en el ámbito del desarrollo integral está lejos de haberse agotado".

"Bien lo saben también los ciudadanos de los países ricos, que han sufrido una crisis financiera y económica grave y prolongada, que todavía no acaba de superarse. Ahora, en el momento cuando los sistemas de bienestar social se han debilitado, una vez más la familia sigue siendo el amortiguador social más importante, el lugar principal de la asistencia", ha señalado.

Según la conferenciante, "está claro que para realizar un desarrollo humano integral, junto al papel de la familia es preciso que se dé también el papel positivo y activo de las instituciones, que deben asegurar a los ciudadanos por lo menos lo mínimo absoluto a nivel material y espiritual".

"Este mínimo absoluto tiene en lo material tres nombres: techo, trabajo y tierra; y un nombre en lo espiritual: libertad de espíritu, que comprende la libertad religiosa, el derecho a la educación y todos los otros derechos cívicos", ha manifestado, para añadir que "estos pilares del desarrollo humano integral tienen un fundamento común, que es el derecho a la vida y, más en general, el derecho a la existencia de la misma naturaleza humana".

DESAFÍOS PASTORALES

En la segunda de las conferencias ofrecidas en las IV Jornadas de Pastoral, la subsecretaria del Consejo Pontificio Justicia y Paz ha tratado sobre 'Algunos desafíos pastorales para la evangelización del mundo del trabajo, la vida económica y la comunidad política'.

En el auditorio del Colegio Infantes de Toledo, Giovanelli ha expresado que "el desafío pastoral para evangelizar al mundo del trabajo, de la economía y de la política es, hoy, esencialmente uno: el de la atención prioritaria a los más pobres, a los excluidos, a los marginados, a los descartados".

La subsecretaria ha explicado que para llegar a ello, siguiendo las orientaciones del Papa Francisco, la Iglesia ha de vivir la virtud de la humildad, "no persiguiendo la propia gloria, sino la de Dios"

En relación a los desafíos del mundo del trabajo ha constatado que hay dos problemas, el de la desocupación y el de la dignidad que da el trabajo, "el de la dignidad que da el trabajo digno", ha puntualizado.

DESAFÍO DE LA ECONOMÍA

A ello ha unido que en el mundo se ha desarrollado la economía de la exclusión y de la inequidad "fuertemente denunciada" por el Papa Francisco que en la Evangelii Gaudium que la ha definido como "economía que mata".

Ante semejante situación, Giovanelli ha señalado que "no se puede dudar de que para la Iglesia el principal desafío sea el de la inclusión. Es decir, el de contribuir, en el rol que le compete, de procurar un nuevo paradigma económico inclusivo fundado en el respeto de la dignidad de la persona humana"

Para finalizar, la conferenciante el desafío de la evangelización de la política pasa por recuperar sus valores fundamentales: el valor del servicio, el valor de la honestidad y el valor de la solidaridad.

"La familia es también el lugar de la formación integral, donde se aprende el uso correcto de las cosas, el orden y la limpieza, el respeto al ecosistema local y la protección de todos los seres creados", ha señalado en su primera conferencia la subsecretaria del Pontificio Consejo Justicia y Paz.

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