Fallece Antonio Dorado Soto, obispo emérito de Málaga, natural de Urda

El que fuera obispo de Málaga entre 1993 y 2008, natural de Urda (Toledo), Antonio Dorado Soto ha fallecido este martes a los 83 años. La capilla ardiente quedará instalada en la iglesia capitular del Sagrario

El que fuera obispo de Málaga entre 1993 y 2008 Antonio Dorado Soto ha fallecido a las 11.00 horas de este martes a los 83 años. La capilla ardiente quedará instalada en la iglesia capitular del Sagrario.

Dorado, que era desde 2008 obispo emérito de Málaga, nació en Urda (Toledo) el 18 de junio de 1931. Realizó los estudios eclesiásticos en el seminario de Toledo y en la Universidad Pontificia de Comillas, recibiendo la ordenación sacerdotal el 1 de abril de 1956, según ha informado la Diócesis de Málaga en un comunicado.

Ese mismo año, en la citada universidad, obtuvo la licenciatura en Teología. Fue profesor del Seminario Mayor y Menor de Toledo y de la Escuela de Asistentes Sociales, consiliario diocesano de Apostolado Rural y viceconsiliario de cursillos de cristiandad en Toledo. También desempeñó los cargos de capellán de religiosas y de los hermanos Maristas y viceconsiliario del Consejo de Hombres de Acción Católica, también en Toledo.

En 1964 fue nombrado consiliario nacional de Apostolado Rural. Posteriormente pasó a la Diócesis granadina de Guadix, ocupando los cargos de vicario general y de arcediano del Cabildo Catedral. En 1969 fue elegido vicario capitular de la misma al quedar la sede vacante y fue nombrado obispo de la Diócesis de Guadix-Baza el 31 de marzo de 1970, recibiendo la ordenación episcopal el 10 de mayo del mismo año.

En la asamblea plenaria del Episcopado en 1972 fue elegido presidente de la Comisión Episcopal de Apostolado Seglar, siendo reelegido para el mismo cargo al término del primer mandato. El 4 de septiembre de 1973 el papa lo nombra obispo de Cádiz-Ceuta, tomando posesión de esta diócesis el 20 de octubre de ese año.

En la plenaria del Episcopado celebrada en febrero de 1984 fue elegido presidente de la Comisión Episcopal del Clero, siendo reelegido en 1988. Al frente de la misma ha realizado una extensa labor, promoviendo simposios y estudios sobre la vida y espiritualidad de los sacerdotes, que culminó en el Congreso sobre Espiritualidad celebrado en 1989.

Conferencia Episcopal

Participó en tres Sínodos ordinarios de los obispos, el último de los cuales tuvo lugar en 1990 en el que se trató sobre la formación de los sacerdotes. Además, es autor de diversos libros como 'Los caminos del apostolado seglar', 'Los caminos de nuestra Iglesia' y 'María, la Virgen Madre de Dios'.

En la reunión plenaria de la Conferencia Episcopal celebrada en febrero de 1993, fue elegido presidente de la Comisión Episcopal de Enseñanza y Catequesis. En febrero de 1996 fue reelegido para un segundo trienio, dejándolo en marzo de 1999 y pasa a ser vocal de la misma.

El 26 de marzo de 1993 el papa Juan Pablo II lo nombró obispo de Málaga, tomando posesión el 23 de mayo del mismo año. Además, era el obispo delegado para la Vida Religiosa de la Asamblea de los Obispos del Sur.

Más tarde, en la LXXXIV Asamblea Plenaria de la CEE, celebrada en Madrid del 7 al 11 de marzo de 2005, Dorado Soto fue nombrado de nuevo presidente de la Comisión Episcopal de Enseñanza y Catequesis, para el trienio 2005-2008. Tres años después, en una asamblea celebrada en 2008, pasó a ser miembro de las comisiones episcopales de Enseñanza y Catequesis y de Migraciones para el trienio 2008-2011.

El 18 de junio de 2006, presentó su renuncia al Santo Padre al alcanzar los 75 años, tal y como establece el Código de Derecho Canónico. Dos años después, en octubre de 2008, al ser conocida la designación como obispo de Málaga de monseñor Jesús Catalá, quedó como obispo administrador apostólico, quedando como emérito en diciembre de ese año tras la toma de posesión del nuevo prelado.

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