El administrador apostólico de Toledo, Braulio Rodríguez, ha considerado que "el final de la vida no puede despacharse tranquilamente ofreciendo la eutanasia", y menos solamente porque está en el programa electoral de algunos partidos políticos, aunque tengan mayorías parlamentarias.
En su escrito semanal a la Archidiócesis de Toledo, consultado por Efe, Rodríguez ha repasado los argumentos que se emplean para, a su juicio, intentar promover la legislación de la eutanasia y el suicidio asistido.
En este sentido, ha indicado que es en los casos de gravedad irreversible en los que puede surgir la petición de eutanasia por el enfermo o su familia y sin embargo ha señalado que "la solución no es la eutanasia sino la atención adecuada, humana y profesional" a través de los cuidados paliativos que ha apostado por "implantar y aumentar".
El segundo argumento, ha apuntado el Rodríguez, es que poniendo fin a la vida del enfermo que sufre se contribuye al bien de la sociedad y no se dilapidan los recursos sanitarios limitados, y en este punto ha afirmado que "una persona nunca es una carga para los demás" y que "lo más humano no es provocar la muerte, sino poner los medios necesarios para aliviar el sufrimiento", ha reiterado.
De igual forma, Rodríguez ha hecho referencia a un tercer argumento basado en la "muerte digna" y se ha preguntado qué es exactamente, al tiempo que ha criticado "el concepto de libertad que manejan algunos que se quiere imponer a todos".
Y el cuarto argumento, ha señalado, es el concepto de autonomía absoluta del paciente, pero a este respecto ha dicho que "defienden la eutanasia como expresión de una libertad absolutista desvinculada de la verdad sobre el bien".
A su modo de ver, la eutanasia sería "un derecho de la autonomía personal llevado al extremo", un argumento "débil y falaz" porque concibe la dignidad de la persona únicamente sobre la propia autonomía y constituye una visión "reductiva" que deja al margen otras dimensiones fundamentales.
De hecho, ha puesto el acento en que hay personas que no son autónomas como niños, enfermos dependientes, personas con grandes discapacidades psíquicas o pacientes en coma.
