El arzobispo de Toledo y primado de España advierte sobre el "laicismo excluyente" en Europa

Argumenta que "si Dios es irrelevante en la vida pública, la sociedad podrá plasmarse según una perspectiva carente de Dios. Sin embargo, la experiencia enseña que el alejamiento del designio de Dios creador provoca un desorden que tiene repercusiones inevitables sobre el resto de la creación"

El arzobispo de Toledo y primado de España, Braulio Rodríguez, sitúa al "laicismo excluyente" como uno de los problemas de Europa, y advierte que los candidatos a las elecciones europeas no hablan de la nueva etapa en la historia europea, ni de la falta de interés por su realidad histórica.

En su escrito semanal, que ha dedicado a reflexionar sobre los comicios europeos que se celebran este domingo, Rodríguez considera que "uno de los problemas de Europa es el laicismo excluyente, que no hay que confundir con una sana laicidad".

Y argumenta que "si Dios es irrelevante en la vida pública, la sociedad podrá plasmarse según una perspectiva carente de Dios. Sin embargo, la experiencia enseña que el alejamiento del designio de Dios creador provoca un desorden que tiene repercusiones inevitables sobre el resto de la creación".

En este contexto, cita al papa Benedicto XVI, que en 2008 advirtió que "cuando Dios queda eclipsado, nuestra capacidad de reconocer el orden natural, la finalidad y el 'bien', empiezan a disiparse".

Y añade otra advertencia que hizo el expontífice, cuando en 2012 dijo que "es precisamente el olvido de Dios lo que sumerge a las sociedades humanas en una forma de relativismo que genera ineludiblemente la violencia. Cuando se niega la posibilidad para todos de referirse a una verdad objetiva, el diálogo se hace imposible y la violencia declarada u oculta se convierte en la regla de las relaciones humanas".

En cuanto a los comicios del domingo, el arzobispo primado apunta que "casi nunca han resaltado los partidos políticos qué significa esta España en la realidad de la unión política, económica, social y de relaciones entre europeos, en esta Europa, que comparte espacios y vida con muchas otras partes del mundo".

Asimismo, señala que "no nos hablan nuestros elegibles ni de una etapa completamente nueva de la historia de Europa, que estamos contemplando, ni del desvanecimiento cada vez más evidente del interés por la realidad histórica en que vive el Viejo Continente".

"¿No merece la pena que nos hubieran hablado, por ejemplo, de cómo vivir con tantos hombres y mujeres que vienen a Europa para quedarse, que llegan de tantos modos, algunos tan peligrosos, ni cómo convivir con el que es diferente por cultura y costumbres?", se pregunta el prelado, que comenta "sólo oímos en los medios juicios ideológicos y, eso sí, hablar de la bondad de los candidatos que presentan sus partidos no sabemos para qué".

El arzobispo de Toledo arguye que "nadie o muy pocos desarrollan una reflexión que indique por qué formar parte de Europa es importante, por ejemplo, formar una familia, o por qué establecer relaciones duraderas entre hombre y mujer y no esos compromisos que duran un mes, tres meses o un año, a los que se está acostumbrando nuestra sociedad".

"Tampoco nos hablan de cómo educar a los hijos, ni siquiera nos dicen qué sentido tiene comprometerse por el bien común", mantiene Rodríguez, quien reflexiona: "¿No están un tanto desorientados, cuando en verdad nos interesa que haya seguridad existencial para que no muera la enseñanza y la capacidad de encuentro, de diálogo y de iniciativa a todos los niveles, que sí buscaron los iniciadores de este proyecto de Unión Europea?". 

En este sentido, se pregunta "si seremos capaces de superar impasse de una Europa sin alma, lejos de su raíz cristiana".

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