Apartado un sacerdote de Toledo tras ser detenido en Torremolinos con “cocaína rosa”
El Arzobispado de Toledo ha confirmado la detención en Torremolinos (Málaga) de un sacerdote de la archidiócesis acusado de portar una cantidad significativa de tusi, conocido como “cocaína rosa”, aunque ha aclarado que no se trata del rector del Seminario Mayor, Álvaro García Paniagua. La institución eclesiástica ha apartado cautelarmente al clérigo de sus funciones y ha pedido perdón por los daños morales que puedan derivarse del caso.
Detención en Torremolinos
La detención se produjo el pasado domingo 21 de septiembre durante un control de la Policía Nacional en la localidad malagueña. El sacerdote viajaba en un vehículo de alquiler acompañado de tres hombres de nacionalidad argentina y venezolana. Según fuentes policiales, entre sus pertenencias se halló una cantidad de tusi que excedía el consumo personal. Posteriormente, en el registro de la vivienda turística que tenía alquilada en la zona se encontraron más dosis de esta sustancia, así como otros objetos relacionados con ocio sexual.
El arrestado, identificado como Carlos Loriente, nació en Toledo en 1980 y fue ordenado sacerdote en 2004. El caso ha quedado en manos del Juzgado de Instrucción número 5 de Torremolinos, que investiga un presunto delito contra la salud pública.
Trayectoria del sacerdote
Loriente ocupa el cargo de canónigo de la Catedral de Toledo desde junio de 2025 y dirige el Instituto Teológico San Ildefonso. A lo largo de su trayectoria ha ejercido como vicerrector del Seminario, vicario en varias parroquias y profesor de Religión. También ha sido vicario episcopal para el Clero y responsable de distintas tareas académicas y pastorales en la diócesis.
En el momento de la detención, el sacerdote se habría presentado ante la Policía como rector del Seminario Mayor de Toledo, una afirmación que ha generado confusión y que el Arzobispado ha desmentido de forma expresa.
Posición oficial del Arzobispado
A través de un comunicado, la Archidiócesis de Toledo ha lamentado “profundamente” los hechos, ha reprobado “cualquier conducta delictiva que presuntamente hubiera podido cometer el sacerdote” y ha subrayado que la responsabilidad corresponde “al ámbito personal del detenido”. La institución ha expresado su confianza en la justicia y ha mostrado su disposición a colaborar con las autoridades.
El Arzobispado también ha confirmado que ha abierto una investigación interna y ha apartado cautelarmente al sacerdote del ejercicio de su ministerio y de sus responsabilidades. En su nota, ha pedido perdón al pueblo de Dios “por los daños morales que puedan ocasionar los presuntos delitos de un sacerdote de la archidiócesis”.
Repercusiones
El caso ha causado un notable impacto tanto en Toledo como en el ámbito eclesial nacional, por tratarse de un clérigo con responsabilidades académicas y litúrgicas destacadas. La confusión inicial sobre su identidad ha obligado al Arzobispado a aclarar que el rector del Seminario Mayor, Álvaro García Paniagua, no ha sido detenido ni está implicado en los hechos.
La investigación judicial sigue abierta y se determinará en las próximas semanas la situación procesal del sacerdote.