Abono Café, una apuesta decidida por el emprendimiento y la inclusión laboral de jóvenes

La idea de crear esta pequeña cooperativa surgió a raíz de la participación de estos jóvenes en el curso 'Emprendimiento y Especificidad', un título propio de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM), y gracias al apoyo del grupo de entidades sociales CECAP
Abono Café, una apuesta decidida por el emprendimiento y la inclusión de jóvenes - EFE/Ismael Herrero
photo_camera Abono Café, una apuesta decidida por el emprendimiento y la inclusión laboral de jóvenes - EFE/Ismael Herrero

Abono Café es una cooperativa dedicada a la agricultura ecológica que ha permitido a sus socios, trece jóvenes con discapacidad, abrirse camino en el mercado laboral a través del autoempleo y la experiencia ha sido tan exitosa que se están planteando la posibilidad de expandir su marca.

La idea de crear esta pequeña cooperativa surgió a raíz de la participación de estos jóvenes en el curso 'Emprendimiento y Especificidad', un título propio de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM), y gracias al apoyo del grupo de entidades sociales CECAP, organización sin ánimo de lucro que ayuda a personas en situación de vulnerabilidad.

Así lo explica en una entrevista con la Agencia Efe el presidente de esta entidad, Andrés Martínez, quien resalta que todos ellos tenían como objetivo personal acceder al mercado de trabajo.

Esto provocó "una reflexión dura" en el seno de CECAP porque, como apunta Martínez, "veíamos que no todos iban a poder acceder al mercado laboral por cuenta ajena", de manera que la organización apostó por el emprendimiento y empezó a trabajar con ellos desde la formación.

Destaca que la UCLM colaboró "desde el primer momento" y que, para dar a esa formación "un valor añadido y normalizado", la institución académica puso en marcha "el primer curso de emprendimiento inclusivo a nivel nacional", iniciativa que permitió testar si los alumnos interiorizaban el concepto de emprendimiento y que dio "un resultado muy positivo".

Después se planteó que los estudiantes crearan sus propios proyectos empresariales, de manera que se presentaron cuatro ideas de negocio y, tras estudiar su viabilidad, fue seleccionada la propuesta de Abono Café, centrada en la conversión de los posos de café y residuos orgánicos en abono de gran valor fertilizante, aplicando la técnica de la lumbricultura.

Para hacer realidad este proyecto se creó, en el marco de la Fundación CIEES, del grupo de entidades sociales, una herramienta técnica denominada 'Social Business Factory', de apoyo a este tipo de iniciativas empresariales en aspectos como las relaciones institucionales.

Con la ayuda de esta Fundación, los alumnos presentaron su iniciativa a la convocatoria CREA de la Junta de Comunidades, con la que se persigue promover el acceso al mercado laboral de las personas en situación de vulnerabilidad.

De esta forma, la Consejería de Economía, Empresas y Empleo financió la contratación de estos jóvenes durante el año 2019, al tiempo que recibieron una formación específica en agricultura ecológica.

El presidente de CECAP sostiene que, una vez finalizado ese periodo, ha llegado el momento de "analizar la viabilidad del negocio" y la capacidad de esta pequeña cooperativa de generar nuevos contratos, así como de trabajar para que en el 2020 Abono Café logre "un cariz mucho más empresarial".

De hecho, remarca que la experiencia está siendo "muy idónea", por lo que "la idea es replicarla" y desarrollar "microproyectos unidos a la misma marca", ya que "hay jóvenes como ellos que viven en el medio rural, donde no hay muchas alternativas de empleo y el emprendimiento está dando la respuesta".

También la presidenta y la secretaria de Abono Café, Beatriz Martín y Elena Alonso, respectivamente, coinciden al afirmar, en declaraciones a la Agencia Efe, que la experiencia ha sido "buena" y animan a otras personas a emprender.

Los integrantes de esta cooperativa tienen a los hosteleros de Toledo entre sus principales aliados, ya que es en sus establecimientos donde recogen los posos de café, que después transportan para su tratamiento hasta el espacio que el Ayuntamiento de la ciudad les ha cedido en el polígono industrial y que los socios han acondicionado para tal fin, apuntan Martín y Alonso.

Y detallan que, tras un minucioso proceso de cribado, este desecho orgánico sirve de alimento a las lombrices californianas, que lo transforman en abono apto para viveros, floristerías o servicios de jardinería y conservación de parques.

A ello hay que sumar, añaden, que el Museo del Greco también ha mostrado su interés por esta iniciativa y que gracias a los residuos del café se produce biomasa y combustible, por lo que también hay clientes interesados en transformarlos en pellet.

La cooperativa, integrada en la actualidad por trece personas, lleva tres años en funcionamiento y se encuentra ahora en un periodo de ajuste del modelo de negocio, con el fin de analizar qué otros servicios puede ofrecer y de estudiar otras potencialidades de los posos de café para ampliar sus usos, más allá de su demostrada eficacia una vez transformados en abono ecológico.

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