Lucía Bosé amenazó a su marido con pegarle un tiro

La progenitora de Miguel Bosé y abuela de Bimba confesó que su madre le salvó de ser violada y que la mujer de Franco le obligó a pasar por la vicaría

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Apenas una semana después de cumplirse los dos meses de la muerte de su nieta Bimba, que ella ha pasado casi encerrada en su casa de Brieva, Lucía Bosé compareció este miércoles en Mi casa es la tuya, donde contó cosas inimaginables tanto de ella como, sobre todo, de su matrimonio con Luis Miguel Dominguín.

La actriz italiana, madre de una dinastía de artistas españoles como Miguel Bose y Paola Dominguín, recordó tanto su infancia, "el día de mi nacimiento, me lavaron con agua caliente y me envolvieron. Me acuerdo del lino perfectamente. Me molestaba mucho el gorrito que me pusieron", como su adolescencia, "en la Segunda Guerra Mundial, se quemó la casa donde vivíamos debido a los bombardeos. Mi familia recogió lo poco que había quedado de mi hogar y se olvidaron de mí". De aquella época también tiene muy fresco que "mi madre me salvó de ser violada por un soldado alemán".

Por supuesto, Lucía Bosé, para la que "el matrimonio es un espectáculo absurdo, yo no quería vestirme de blanco", le contó a Bertín Osborne cosas de aquellas nupcias y cómo "nos obligó a casarnos Carmen Polo, que no nos dejaba entrar en una cacería siendo novios".

Claro que entre los peores recuerdos desveló que "cuando descubrí que mi marido era torero me quedé impactada. Pensé, 'me he casado con un asesino, quiero el divorcio", y algo que le molestaba sobremanera, "mi marido pilló una borrachera una noche y no estaba en condiciones para torear al día siguiente. Pensó que la excusa perfecta era el nacimiento de Paola, aunque aún quedaban 15 días, así que me llevó al hospital y me obligó a tener a la niña".

Incluso después de decidir ir cada uno por su lado las cosas no iban bien, "cuando me separé de Luis Miguel Dominguín le dije que me tenía que dejar a los tres niños, porque si no le pegaba un tiro y escribía sus memorias desde la cárcel".

De la muerte de su nieta comentó que "no creo en que las personas se vayan del todo. El físico desaparece, dejando un saco de mierda, pero el alma permanece", y confesó que "Bimba me tiñó el pelo de colores. Hacía lo que quería conmigo: rosa, naranja, verde... Me gustó el azul y me quedé así".

Cuestionada sobre cómo sería su hombre ideal hoy en día, Lucía Bosé subrayó que "me habría casado con Figo, es mi hombre ideal a simple vista. Ronaldo también me gusta, pero es demasiado guapo".

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