Según recoge PeriodistaDigital, cómo contaba el pasado lunes el citado medio, la justicia ha dictado sentencia en el caso de Carlota Prado: hubo abuso sexual en la madrugada del 4 de noviembre de 2017 en el programa Gran hermano Revolution, emitido en Telecinco. Los responsables, según la sentencia, son José María López y la productora del programa, Zeppelin TV.
De Telecinco nadie sabe nada. Parece como si el programa no se hubiera emitido en el primer canal de Mediaset, ni en ninguna cadena del planeta. Es más, ni se le espera, porque no ha pedido perdón y, hasta ahora, lo ha ocultado en sus programas e informativos.
El ‘feminista’ Jorge Javier Vázquez, presentador y alma mater del esperpento de GH, no sólo calló ante tan grave hecho sino también llegó a mofarse del caso implícitamente. Mediaset, de momento, ha cerrado la casa de Guadalix de la Sierra para este formato… ahora tiene Borja Prado una oportunidad de oro en su mano, tras la sentencia: cargarse a Jorge Javier.
Pero hasta ahora es la misma manera de actuar de Paolo Vasile, que impuso la “omertá” televisiva desde que estalló el caso y hasta su finiquito en el grupo italiano. Se esperaba (y se espera) que el giro que Prado quiere imprimir a su etapa incluyera un nuevo estilo, más humano y cercano con Carlota Prado, pero resulta que no. No existe. Ignorancia absoluta con su sufrimiento.
Las razones no pueden ser más bastardas: pura y simplemente económicas. Si Telecinco reconociera su culpa y se implicara con Carlota Prado, supondría el fin del formato estrella, que representa ingresos y audiencias. Pero queda la segunda parte de la ecuación, alguien tenía que cargar con la responsabilidad y ese no es otro que Zeppelin TV.
Fuentes del sector apuntan a PD a un posible acuerdo tácito entre ambas partes televisivas: responsabilidad total en el caso para la productora a cambio de futuros contratos de producción en Mediaset. Ya se sabe el viejo dicho: la pela es la pela.
El vergonzoso silencio de Pedro Sánchez e Irene Montero
Pero hay otra parte igual de ignominiosa con Carlota Prado. Todos los políticos y estrellas televisivas que durante este tiempo la han ignorado, a pesar de erigirse como los paladines del feminismo: empezando por Pedro Sánchez y siguiendo por Irene Montero, el propio Jorge Javier Vázquez y otras estrellas que no querían criticar a Telecinco por puro miedo, poniendo como excusa que el caso estaba judicializado y había que esperar al final. Pues ese final ha llegado con la sentencia.
El precedente de Rocío Carrasco está ahí. La entronizaron por interés ideológico. Ahora hay sentencia y también interés. Pedro Sánchez está en su campaña electoral para autosalvar su puesto y la ministra Montero bastante tiene con salvar las listas electorales de Unidas Podemos frente a Yolanda Díaz, antes que apoyar a una chica abusada sexualmente, según sentencia.
Del resto del Gobierno, lo mismo que la responsabilidad de Telecinco, nadie sabe nada, porque igual es que no se emitió. Es lo que tiene el feminismo procastinado.
