Cuatro investigados por delitos de maltrato animal por organizar peleas de perros

Estas luchas se han estado realizando durante cinco años y a ellas sólo asistían personas de confianza para no levantar sospechas

Agentes perteneciente al equipo de investigación del Seprona de la Guardia Civil de Málaga han investigado a cuatro personas por la supuesta comisión del delito de maltrato animal de manera continuada por la organización de peleas de perros de razas peligrosas.

La denominada operación 'Kennels' se inició el pasado mes de agosto a requerimiento del Juzgado número 2 de Fuengirola (Málaga), como consecuencia de un proceso judicial por el que se investigaba la comisión de otros delitos y en el que se proporcionó a los agentes del Seprona varios videos donde se observaban peleas de perros, algunos de ellos de especial crueldad.

Los agentes visionaron las imágenes y comprobaron la existencia de estas peleas en la que algunos de estos animales sangraban abundantemente como consecuencia de las heridas que se producían. Asimismo, también se podía observar cómo los propietarios y asistentes al espectáculo ilegal jaleaban y animaban a los perros a enfrentarse violentamente, según ha informado la Guardia Civil a través de un comunicado.

Continuando con las investigaciones, la Guardia Civil logró identificar el lugar y la fecha de la comisión de los delitos así como a los organizadores y participantes en las peleas, pudiendo constatar que las mismas eran organizadas por los investigados en lugares previamente acordados a través de las redes sociales y a los que solo asistían personas allegadas y de especial confianza.

Uno de los lugares habituales para organizar las peleas de perros, tal y como se constató, era el criadero que poseía uno de los investigados, en el que tenía habilitado y acondicionado un 'ring' o reñidero, donde un arbitro dirigía las peleas.

SIN ASISTENCIA TRAS LAS LUCHAS

Durante las peleas, según han indicado desde la Guardia Civil, se ponía música a un volumen muy alto para evitar que desde el exterior se escucharan los alaridos, aullidos y ladridos estremecedores de los animales.

Igualmente, los perros no recibían ningún tipo de asistencia veterinaria a pesar de las lesiones sufridas, limitándose después de las peleas a refrescar a los canes con agua para rebajar la excitación, tensión, pulsaciones, etcétera.

Asimismo, se ha podido comprobar cómo utilizaban maquinas y métodos para preparar y/o entrenar físicamente a los perros y poder así adquirir corpulencia y resistencia física para poder ser más competitivos en estas peleas ilegales.

Los agentes han podido determinar que estas peleas se han venido produciendo desde el año 2011 hasta principios del año 2016. Asimismo, algunas de estas personas criaban cachorros de razas potencialmente peligrosas, utilizándolos como reclamo en estas peleas para conseguir de esta manera darle mayor prestigio y valor económico a la hora de venderlos.

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