Expertos alertan de que el confinamiento pasa factura a las personas con enfermedad mental

Ansiedad, pensamientos obsesivos de contagio, agravamiento de trastornos alimentarios...
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Ansiedad, pensamientos obsesivos de contagio, agravamiento de trastornos alimentarios... Los profesionales de la psiquiatría advierten de los riesgos del confinamiento para las personas con enfermedad mental y alertan del aumento actual en las urgencias psiquiátricas y de la "sobrecarga" que está por venir.

"Para todo el mundo esta situación de excepción representa un factor de alto estrés, pero en las personas especialmente vulnerables, con patología mental de base, puede representar una descompensación", explica a Efe Guillermo Lahera, profesor titular de Psiquiatría en la Universidad de Alcalá.

El hecho de sentirse encerrado u oprimido, la pérdida de rutinas y la interrupción de la atención a los pacientes psiquiátricos en los centros y hospitales de día o en los comedores terapéuticos son algunas de las formas en que el estado de alarma está incidiendo en el agravamiento de las patologías mentales.

"Muchas de las patologías derivan de situaciones de conflictividad familiar, y les hemos metido en la boca del lobo: con el confinamiento les hemos metido más en casa, la tensión se ha ido incrementando, así como las ideas de desesperanza y las perspectivas umbrías de futuro", señala a Efe Marina Díaz, presidenta de la Sociedad de Psiquiatría de Madrid y jefa de la Unidad de Trastornos de la Conducta Alimentaria del Hospital Clínico San Carlos.

A estos factores se suman, además, otros íntimamente ligados a la crisis sanitaria, como el miedo al contagio y el hecho de que "muchas personas con enfermedad mental han perdido en estas semanas a sus cuidadores principales", indica.

Las consecuencias de estos factores agravantes se ven de distinta manera en cada paciente, como apunta Lahera.

Por ejemplo, incremento de la ansiedad y de las creencias delirantes por la amenaza externa del virus en los pacientes psicóticos, agudización del pensamiento repetitivo de estar contaminado en pacientes con Trastorno Obsesivo Compulsivo o los síndromes de abstinencia reportados ya en prisiones por la interrupción en el consumo abusivo de ciertas sustancias.

La saturación del sistema sanitario que ha generado la pandemia ha tenido también sus consecuencias en los pacientes con enfermedad mental. Hay unidades de hospitalización de Psiquiatría que "han sido transformadas en unidades para el tratamiento de la COVID-19", cuenta a Efe Daniel Cuesta, enfermero especialista en Salud Mental.

"Para afrontar esto muchos servicios de salud mental han aumentado la hospitalización a domicilio, otros se han tenido que concentrar en un único centro. Además, parte de los equipos de salud mental comunitarios se han incorporado a otras labores, lo que ha podido conllevar la interrupción de terapias y grupos de apoyo", añade.

Los profesionales han intentado paliar la ausencia de la atención presencial con sistemas de telepsiquiatría, a través de videoconferencia y, sobre todo, de llamadas telefónicas. Las sesiones grupales se han sustituido por otras online.

"Hay personas que conocen bien las sensaciones o pensamientos que suelen tener cuando su sufrimiento psíquico aumenta, pero también hay personas que no los identifican y solo se dan cuenta de lo mal que están cuando ese malestar les desborda", señala Daniel Cuesta.

En algunos países que precedieron a España en su confinamiento hay estudios que muestran sus consecuencias en la salud mental de la población. Marina Díaz ha dirigido una revisión de este tipo de publicaciones en el Hospital Clínico San Carlos.

En China por ejemplo, entre la población general, más de la mitad de los encuestados refirieron un impacto psicológico moderado-grave, mientras que cerca de la mitad del personal sanitario reportó síntomas de depresión y ansiedad y una tercera parte insomnio.

"Sin duda va a tener consecuencias a medio plazo", indica Guillermo Lahera, que advierte de una "segunda ola de problemas sanitarios tras la epidemia".

Estas consecuencias ya se están notando en un "rebrote de las urgencias y de los ingresos psiquiátricos", añade Díaz.

"Durante un tiempo ha bajado la urgencia psiquiátrica por miedo a acudir a los centros sanitarios, pero según han pasado los días los pacientes se han visto superados por la patología psiquiátrica que ha aparecido", explica.

Cuando la atención sanitaria recobre la normalidad, los servicios de Psiquiatría tendrán que hacer frente a la lista de espera generada en las últimas semanas y a una "sobrecarga" por el "un aumento de la presión asistencial de los pacientes con estrés, depresión, trastornos de sueño, duelos patológicos, así como al estrés postraumático de los profesionales que han vivido de cerca esta situación", dice la presidenta de la Sociedad de Psiquiatría de Madrid.

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