El curso escolar llega a Navidad "normalizado" tras un arranque desordenado

Sanidad cifra en 2.179 los brotes detectados en los centros educativos desde que finalizó la desescalada, con una media de 6,3 casos por brote y un total de 13.658 contagios
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A pesar de que el curso escolar arrancó en septiembre con mucho despiste, falta de previsión, mucha carga de trabajo para adecuar las normas covid y dosis extra de responsabilidad, el paso del tiempo ha logrado "normalizar" las aulas donde se cumplen estrictamente las medidas anticontagio para mantener la presencialidad, se echa mucho de menos la interacción y se pasa mucho frío.

Son algunas de las opiniones que alumnos, docentes, padres, responsables de centros e instituciones han manifestado a Efe sobre el desarrollo del primer cuatrimestre del curso escolar 2020-2021, al que acuden cerca de ocho millones de estudiantes en los alrededor de 28.000 colegios e institutos de enseñanza no universitaria, donde trabajan unos 720.000 profesores.

LOS DATOS OFICIALES

El Ministerio de Educación, que ha reconocido a toda la comunidad educativa por su esfuerzo, asegura que en ninguna semana de este período se han sumado más de 35 centros educativos cerrados en toda España, lo que supone menos del 0,2 % de centros.

Sanidad cifra en 2.179 los brotes detectados en los centros educativos desde que finalizó la desescalada, con una media de 6,3 casos por brote y un total de 13.658 contagios.

PRINCIPALES DIFICULTADES PARA LOS PROFESORES

"Las principales dificultades han venido derivadas de la falta de previsión", según Nicolás Fernández, presidente del Sindicato de Docentes ANPE, a lo que Eloy Garavís (profesor de ESO y Bachillerato de enseñanza pública en Madrid) añade "las normas sanitarias vigentes, la saturación del escaso personal de limpieza, la falta de espacio en las aulas y la adaptación de horarios y espacios".

Opina lo mismo la también docente de un instituto público en A Coruña, que critica las continuas modificaciones del protocolo covid, la mayor responsabilidad que ha recaído sobre los profesores, y lamenta la desaparición de trabajos en equipo. A lo que una colega de un centro concertado de Ferrol suma la falta de interacción entre alumnos.

"El profesorado sufre un grado de estrés muy alto y la burocracia nos come", comentan en la escuela pública Antonio Trueba de Portugalete (Vizcaya), donde destacan que el uso de mascarillas dificulta mucho el seguimiento de las clases, por los problemas de audición y por no poder ver las caras de los alumnos.

Situación que se agrava en infantil porque los alumnos no ven a los profesores vocalizar y no pueden imitarles para aprender a hablar.

Tampoco es fácil en Educación Especial. Laura, maestra de pedagogía terapeútica en un colegio madrileño, en el que ha habido falta de medidas de protección, recuerda que la mayoría de su alumnado no lleva mascarilla y es "imposible" mantener la distancia de seguridad. Denuncia también que siguen sin profesores de refuerzo en el centro y "sin parar de limpiar todo el material" para evitar contagios.

LOS ALUMNOS, CON MÁS TRABAJO PARA RECUPERAR EL TIEMPO PERDIDO

"Las clases están menos enfocadas en nosotros y más en recuperar lo perdido en el confinamiento y llegar a las fechas", explica Candela (16 años y estudiante del Instituto Privado San Francisco de Paula en Sevilla).

Gilda (alumna de Bachillerato del Liceo Italiano de Madrid) no se acostumbra a estar en clase con mascarilla: "no se entiende nada", mientras que Oriol (2ºESO en Instituto Menéndez Pelayo de Barcelona) reconoce que le costó asimilar la nueva forma de trabajar con la pandemia y a Lena (6º Primaria en CEIP Sanjurjo de Carricarte de A Coruña) no le convence hacer deberes por el ordenador.

Ha ido una semana sí y otra no a clase. Por eso a Paula (4ª ESO en IES San Fernando de Madrid) le cuesta mucho concentrarse cuando está en casa, donde además, le requieren hacer más tarea de la que puede

UN CURSO INUSUAL Y COMPLICADO PARA LAS FAMILIAS

"Se han detectado las debilidades del sistema educativo, que ya existían pero no se solucionaban", asegura la Asociación de Padres CEAPA, con diferentes casuísticas según las comunidades y con muchas desigualdades en los casos de semipresenciales, sobre todo en la obligatoria, aunque en regiones como Murcia también se ha incluido en la etapa infantil.

En Andalucía, las familias han padecido la no cobertura del comedor escolar, que "en mucho casos supone la única comida completa" de los estudiantes, mientras Madrid llega a Navidad sin haber contratado a los docentes necesarios (con mil vacantes sin cubrir), asegura CEAPA.

OPINIONES DISPARES SOBRE EL RENDIMIENTO

Una docente de un instituto público gallego reconoce que el alumnado llegó con miedo después de pasarlo muy mal en el confinamiento, pero "lo está haciendo muy bien y se lo toma muy en serio "para no tener que volver a la enseñanza desde casa".

"Están totalmente dispuestos", reconoce Eloy Garavís, aunque explica que ha bajado el rendimiento de los que tienen clase semipresencial, modalidad "muy perniciosa para la educación y que levanta quejas continuas de estudiantes y docentes".

También de refieren a la vuelta a las aulas con miedo en el centro público de Portugalete, que ANPE relaciona con "las dificultades vividas a nivel personal y familiar" durante la pandemia", mientras CEAPA cree que se "ha salido adelante" gracias a los "esfuerzos titánicos" de familia, alumnado y docentes.

PRESENCIALIDAD Y REDUCCIÓN DE RATIOS

"No concibo la educación sin la presencialidad, sin la relación social que supone", incide el docente Garavís. Dice que es una opinión compartida por muchos profesores y explica que en los niveles que han mantenido la semipresencialidad "se ha podido trabajar mejor que en cursos anteriores por la reducción de alumnos en clase".

Y así le parece también a Lena: "la atención de los profesores es mayor porque han dividido el grupo".

La defensa de la presencialidad, a pesar de la renuncia a la interacción o al trabajo en grupo, ha sido la apuesta general de los centros, que han recurrido, principalmente, a desdoblar las aulas por grupos burbuja, como en los diez colegios privados del grupo CEU, en los que durante este período "se han cerrado cuatro aulas por positivos". Una cifra "anecdótica".

Y si la defensa de la asistencia a clase es unánime en la educación general, en la Especial se convierte en un clamor porque, como comenta Laura, "nuestros chicos necesitan la presencialidad, que les guiemos y ayudemos", lo que, dice, ha obligado a los profesores a "reinventarse".

MEJORAS A ACOMETER TRAS NAVIDAD

Con la experiencia adquirida, ANPE insta a regular la enseñanza a distancia para estar preparados ante un posiblemente confinamiento parcial o total con plataformas de conectividad eficientes, a dotar a los centros de sistemas artificiales homologados de filtrado de aire para no pasar frío con las ventanas abiertas y mantener durante "todo el curso" a los profesores contratados por la pandemia.

"Seguir en la misma línea y sin bajar la guardia" es la petición de una profesora del concertado Compañía de María de A Coruña, mientras que en Portugalete piden "micrófonos para profesores y alumnos, cubrir los patios para que los estudiantes puedan estar al aire libre, disponer de personal sanitario en todas las escuelas y de productos higiénicos".

Sin olvidar la demanda de muchos docentes para reducir la burocracia y poder invertir más tiempo en buscar estrategias para sacar adelante el curso" porque como dice la profesora de Educación Especial "necesitamos que sigan viniendo a la escuela, pero sería más fácil con más material de protección y más medios".

Para ello, las familias de la pública reclaman inversión en educación porque "para muchos niños, niñas y jóvenes la escuela es el entorno seguro y el referente en sus vidas", además de un Plan de Salud Ambiental Escolar.

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