Las residencias prevén una situación difícil y piden medidas anticovid más duras

Para que no se vuelva a repetir lo ocurrido en marzo y abril por haberse adoptado las medidas tardíamente
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Las principales patronales de las residencias auguran una situación complicada en las próximas semanas y han pedido medidas más restrictivas para contener el virus: la supresión de las visitas de los familiares y de las salidas de los usuarios, no solo en la que se haya detectado un brote sino en todas las que dependen de la misma área sanitaria.

Es la petición que han transmitido a la Comunidad de Madrid para minimizar el riesgo de contagio porque en las últimas semanas se ha registrado un aumento progresivo de los brotes en estos centros y porque consideran que la vuelta al colegio y la llegada de la gripe común eleva mucho el peligro, explica en una entrevista con EFE Jesús Cubero, secretario general de la Asociación de Empresas de Servicios para la Dependencia (AESTE), que reúne a las grandes empresas del sector.

En primer lugar, argumenta Cubero, la mayoría de los empleados en las residencias son mujeres con hijos en edad escolar y hay “un grave riesgo si hay contagios generalizados en los centros escolares y llevan el virus a casa; podríamos tener muchísimas bajas y se podría producir falta de personal”.

Unido a ello, en octubre “vendrá el repunte de la gripe estacional donde se van a confundir los síntomas y se va a producir una psicosis importante , en cuanto alguien tosa dos veces…”, subraya.

En consecuencia, hay que “extremar” las medidas preventivas en todas las visitas, y en cuanto haya casos notificados en el área de salud de cada municipio (residencias que dependan de un mismo centro de salud), “habría que suprimir las visitas familiares y las salidas de los usuarios de forma preventiva, al igual que cerrar sus centros de día”.

En cuanto a las salidas de los residentes, “consideramos un riesgo altísimo que se sigan manteniendo con estos rebrotes ya en varias comunidades autónomas. Salen a un entorno no controlado y el peligro es muy alto”.

EL OBJETIVO: EVITAR QUE SE REPITA LA TRAGEDIA

Lo que no queremos, añade Cubero, es que se vuelva a repetir lo ocurrido en marzo y abril por haberse adoptado las medidas tardíamente.

En estos momentos, “hay una buena coordinación sociosanitaria y se pueden hacer derivaciones hospitalarias pronto y tampoco estamos teniendo ningún problema con los test -cuando se solicitan los tenemos-; deseamos que desde el primer momento todo funcione como un reloj”.

El secretario general de la patronal dice entender que a nivel político es difícil tomar “determinadas decisiones que incomodan a la población, como lo fue suspender el fútbol o las clases escolares, pero luego se vio que fue un error retrasar las medidas más de lo debido”.

Los focos de riesgo son las familias y los trabajadores, pero igual que en el segundo caso no es evitable, en el primero sí. A pesar de que estas medidas propuestas son molestas “no queda otra, hablamos de la vida de las personas mayores”.

DECISIONES NO SÓLO DIFÍCILES A NIVEL POLÍTICO

No es solo difícil tomar estas decisiones a nivel político, entre las familias también hay distintos pareceres sobre los estrictos protocolos que tienen que cumplir actualmente, aunque la mayoría los acepta, explica a EFE un portavoz de la multinacional francesa Orpea Ibérica, que solo en la Comunidad de Madrid tiene 23 centros.

“La gente entiende que todas las medidas van en beneficio de la salud de los mayores -asegura- les cuesta no poder abrazarlos pero la mayoría cumple" las medidas.

En cuanto a la actual frecuencia de las visitas, tres veces a la semana durante un máximo de una hora y un solo familiar, el portavoz señala que hay personas a las que esto les contraria bastante y hay quejas, “pero son las normas de la comunidad autónoma”.

“Estamos conteniendo el virus pero nunca se ha ido”, subraya el portavoz, que prevé también un escenario complejo en las próximas semanas.

LAS FAMILIAS, ENTRE LA COMPRENSIÓN Y EL ENFADO

Paco Torres tiene a su madre en la residencia Montehermoso, una de las que más fallecidos han registrado en la capital. Su madre también sufrió la enfermedad y después de muchas dificultades logró que la derivaran a un hospital pese a la inicial negativa de la geriatra. Finalmente consiguió superar la enfermedad.

El centro, cuenta, aplica “a rajatabla los protocolos -visitas con cita previa, distancia de tres metros, toma de temperatura, desinfección etc-. Están siendo estrictos con los protocolos, pero razones tienen”, explica Torres a EFE.

Tras lo vivido “no es cuestión de liarnos a besos y mañana estamos igual; hay que ser prudentes y si tengo que valorar si tener a mi madre viva o verla muerta prefiero fastidiarme y no darle un abrazo”, señala.

Mariví Nieto, Ana Dueñas y Esther Ortega, todas ellas miembro de  la plataforma ciudadana de la Marea de las Residencias, creen insuficientes las tres visitas semanales y discrepan de algunas otras medidas de la Comunidad, entre otras el plazo máximo que tienen para reingresar a sus mayores tras haberlos sacado de la residencia por temor al contagio durante la pandemia, entre otros motivos.

A contar desde el 6 de julio, las familias tienen 45 días establecidos para considerar justificada una ausencia de la residencia con derecho a reserva de la plaza.

En palabras de Ana Dueñas, “no hay nueva normalidad y con mis padres yo no voy a asumir ese riesgo. Es el problema que tenemos muchas familias, que sentimos que los estamos abandonando. No puedo tenerlos en casa, pero prefiero fastidiar mi vida que la de ellos".

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