La covid agranda la lista de espera en rehabilitación, ya son casi 250 días

La Plataforma de Organizaciones de Pacientes (POP) subraya "los efectos dramáticos" de la pandemia en el colectivo que sufre dolor crónico, que en España suma siete millones personas -el 17 por ciento de la población mayor de 16 años-
La covid agranda la lista de espera en rehabilitación, ya son casi 250 días, fisioterapia
photo_camera La covid agranda la lista de espera en rehabilitación, ya son casi 250 días

Los pacientes con dolor crónico han visto empeorar sus patologías durante la pandemia y la interrupción de muchos tratamientos en los centros de rehabilitación ha engordado las listas de espera, que ascienden a casi 250 días.

En una entrevista con Efe, la presidenta de la Plataforma de Organizaciones de Pacientes (POP), Carina Escobar, subraya "los efectos dramáticos" de la pandemia en el colectivo que sufre dolor crónico, que en España suma siete millones personas -el 17 por ciento de la población mayor de 16 años- y afirma que cuatro de cada diez pacientes ha sumado nuevas patologías durante la crisis de la covid al no tener seguimiento.

Según relata Escobar, de esos siete millones de personas con dolor persistente, el 68 por ciento presenta problemas de movilidad o limitaciones en la funcionalidad y un 48 por ciento ha permanecido de baja a causa del dolor, lo que redunda en un coste anual de 16.000 millones de euros, el 2,5 por ciento del PIB.

Coste económico que amenaza con duplicarse o triplicarse en los próximos 40 o 50 años, debido a una población cada vez más longeva y con más problemas de salud asociados al dolor crónico.

Este tipo de dolor continuo, señala la presidenta de la plataforma de pacientes, redunda en la calidad de vida y, además de la suspensión de la rehabilitación, se han retrasado diagnósticos y cancelado consultas por saturación en la Atención Primaria, y hasta el 50 por ciento de los pacientes crónicos ha tenido problemas para conseguir tratamiento en la farmacia comunitaria.

Desde la plataforma también denuncian que a las unidades de dolor, con tratamientos específicos, solo se deriva al 38 por ciento de los pacientes y, de estos, el 69 por ciento ha tardado más de un año en conseguir ser atendido y el 31 por ciento, más de cinco años.

Sobre las unidades del dolor también se manifiesta el presidente de la Sociedad Española del Dolor (SED), Víctor Mayoral.

Mayoral explica que la espera para recibir tratamiento en una unidad del dolor por cefaleas intensas o patología lumbar, que es la causa de incapacidad laboral más frecuente, supera el año.

Y para evitar esas esperas, el presidente de la SED pone el acento en el sistema actual que deriva al paciente de Atención Primaria a un especialista de la patología de base, antes de mandarlo a la unidad del dolor, lo que supone "una pérdida de tiempo injusta".

Mayoral reconoce que el sistema es muy diferente según qué comunidades, si bien "algo se ha mejorado", ya que, en un 18 por ciento de los casos, el médico de familia deriva directamente al paciente a la unidad del dolor, acortando los tiempos.

No obstante, el presidente de la SED subraya que no se trata de derivar al paciente crónico a la unidad de dolor si no es necesario. De hecho, el 75 por ciento puede ser manejado en Atención Primaria, mientras que el 25 por ciento restante sí requiere de la unidad del dolor, donde suele estar una media de tres meses.

Respecto a ese 17 por ciento de población que manifiesta dolor crónico, Mayoral recuerda que España se sitúa en una franja baja respecto a otros países de Europa.

El presidente de la SED llama la atención de países como Estados Unidos, donde el dolor crónico afecta a más del 30 por ciento de su población.

A su juicio, no hay una explicación definitiva para esta brecha, dado que con más expectativa de vida (España tiene de las más altas del mundo) es más frecuente padecer enfermedades crónicas y degenerativas asociadas al dolor.

No obstante, subraya que hay patologías como la diabetes, la obesidad y toxicidades asociadas a hábitos no saludables (dietas no adecuadas y alcohol) que aumentan el dolor crónico, y ese escenario abunda más en Estados Unidos que en España.

Comentarios