El relator de la ONU: He visto el rostro de los que luchan por sobrevivir en España

Tras su viaje de doce días por seis comunidades autónomas hablando con personas que viven situaciones de extrema vulnerabilidad
El relator de la ONU de la extrema pobreza, Philip Alston,  en rueda de prensa
photo_camera El relator de la ONU de la extrema pobreza, Philip Alston,  en rueda de prensa

El relator de la ONU de la extrema pobreza, Philip Alston, había estado ya en España, pero tras su viaje de doce días por seis comunidades autónomas hablando con personas que viven situaciones de extrema vulnerabilidad confiesa que ha visto "el rostro de otra España, en la que están los que viven al borde de sus posibilidades".

En una entrevista con Efe, Alston expresa su deseo de que tras la radiografía de la pobreza española que se lleva en su carpeta y que expondrá el próximo mes en Ginebra, ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, el nuevo Gobierno español reaccione y pueda poner en marcha los proyectos acordados entre PSOE y Unidas Podemos para combatirla "por el camino que lleva a la justicia social".

Aunque no existen fórmulas mágicas, Alston opina que se avanzaría con una renta mínima nacional, una reforma fiscal redistributiva y una nueva política de vivienda.

La pobreza en España es especialmente intensa en la infancia, que eleva aún más ese 26 por ciento de la población general que la sufre al 29,5 %, es decir, alcanza a tres de cada diez niños.

PREGUNTA: ¿Vivir en una familia pobre condena de por vida a ese niño? ¿Qué secuelas ha percibido durante su encuentro con las familias quedan en esos niños?

RESPUESTA: Sí es verdad, les condena. La tasa de pobreza infantil en España es de las más altas, llegan a ese 30 % los que ya viven en la pobreza o están en riesgo de vivirla. He escuchado relatos escalofriantes y las estadísticas muestran que muchos abandonan el colegio muy pronto y están condenados a trabajar en puestos que pagan muy mal para el resto de su vida y eso tiene un gran impacto en la economía española.

P: ¿Por qué es tan difícil acabar con la pobreza en países con economías ricas, como es el caso de España?

R: Creo que hay que ser justos con España y decir que forma parte de un contexto neoliberal mucho más amplio, según el cual en los últimos 30 ó 40 años se ha dado prioridad a reducir el tamaño del Estado o recortar los niveles de servicios que presta el Gobierno, para enriquecer al sector empresarial y para favorecer a los ricos. Yo creo que ahora España se está dando cuenta de que puede permitirse hacer las cosas de otra manera y que por razones políticas, hay argumentos contundentes para hacer una sociedad más inclusiva, que proteja más a las personas. También desde el punto de vista económico, tiene sentido contar con una distribución más igualitaria de ingresos y de riqueza disponible.

P: Usted ha dicho que si no se invierte en protección social, luego se recogen cifras como las de España.

R: La pobreza es una opción política: se puede decidir invertir en protección social o no hacerlo y España tiene uno de los niveles más bajos de gasto social de Europa, lo puede aumentar y redirigir para que el sistema fiscal sea más redistributivo y de esa manera trasformar la situación de los grupos más vulnerables.

P: ¿Cómo estamos atendiendo a los menores extranjeros no acompañados?

R: Está claro que la situación de esos menores no acompañados es particularmente triste, estos niños son sumamente vulnerables a todo tipo de explotación y abusos. Y esas pruebas que se están haciendo a los niños para aclarar su edad son de otro siglo y deben abolirse de inmediato. Me parece también muy triste que se tome a ese grupo vulnerable para convertirlo en una cuestión política, no son tantos y se está evaluando en la comunidad internacional cómo tratar a estos niños, creo que se pueden hacer las cosas mejor.

P: Ha recorrido barrios como la Cañada Real (Madrid) y el Polígono Sur de Sevilla donde gran parte de la población es gitana y ha expresado su preocupación por las situaciones de exclusión y abandono que viven estas personas.

R: Durante mucho tiempo ha habido políticas dirigidas a la población gitana, pero hay que ir más allá de políticas escritas en papel, hay que invertir más dinero, pero sobre todo, aplicar políticas que sí funcionen. Está claro que en algunos ámbitos hay buena voluntad, pero en otros hay desprecio y abandono y eso sí puede cambiarlo un Gobierno y debe tomárselo en serio.

P: ¿Qué le han contado los trabajadores inmigrantes que recogen la fresa en Huelva con los que se ha entrevistado?

R: Los inmigrantes con los que hablé en Lepe y en las afueras de Huelva viven en chabolas y no tienen ni agua, ni electricidad, ni alcantarillado; viven en condiciones precarias, en las que en cualquier momento hay un incendio, se duchan al aire libre y algunos llevan más de cinco años allí, se deben mejorar esas condiciones. La industria de la fresa mueve más de 500 millones de euros y las grandes empresas deben preguntarse cómo esto sigue así y tomar medidas para mejorar esas condiciones.

P: Tiene muchos retos el nuevo Gobierno por delante, tras su diagnostico de la pobreza en España.

R: El Gobierno reconoce que tiene mucho que hacer y que tienen una agenda muy ambiciosa, yo espero que prospere tratando de impulsar esa agenda.

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