Queda visto para sentencia el juicio por la muerte de un lince en una caja trampa

El juicio por la muerte en una caja trampa del lince "Grazalema", ocurrido en 2011 en una finca de caza de Castellar de Santiago (Ciudad Real), ha quedado visto para sentencia después de que se haya celebrado la vista oral en la Audiencia Provincial

Visto para sentencia el juicio por la muerte de un lince en una caja trampa tras la vista oral - EFE/Mariano Cieza
photo_camera Visto para sentencia el juicio por la muerte de un lince en una caja trampa tras la vista oral - EFE/Mariano Cieza

El juicio por la muerte en una caja trampa del lince "Grazalema", ocurrido en 2011 en una finca de caza de Castellar de Santiago (Ciudad Real), ha quedado visto para sentencia después de que se haya celebrado la vista oral en la Audiencia Provincial de Ciudad Real.

J.J.M.T., administrador y titular único de Adin Inversiones, que gestionaba el coto intensivo de caza en el que murió "Grazalema", ha sido juzgado por un delito contra la fauna y la acusación particular, que ha ejercido Ecologistas en Acción, ha pedido una pena de dos años de prisión, cuatro años de inhabilitación para la caza y una multa de 180.000 euros.

El ministerio fiscal y la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, que también han ejercido la acusación particular, han pedido en ambos casos 90.000 euros de multa.

Durante el juicio, el argumento fundamental de la defensa se ha centrado en intentar hacer ver que en el caso de la muerte de 'Grazalema" no ha existido dolo ni intencionalidad.

Por eso, el acusado ha mantenido que no conocía la legislación ambiental del momento, que no conocía el plan técnico de caza y que desconocía la presencia de un lince por la zona, por lo que no podía poner medios para evitar su muerte.

J.J.M.T ha sostenido durante el juicio que por la zona, además, nunca habían visto ningún lince y que el día en que murió "Grazalema" hacía mucho calor.

En cualquier caso, ha mantenido que las cajas trampa, que estaban colocadas porque el anterior plan técnico de caza sí las permitía, eran revisadas dos veces al día, una por la mañana y otra por la noche.

Por su parte, la acusación ha puesto de relevancia el hecho de que el uso de la caja trampa no puede ser considerado un método selectivo.

Además, las acusaciones han concluido en asegurar que el dueño de la finca "falta a la verdad" al asegurar que no conocía el plan técnico de caza de su coto, porque, según han indicado, para que fuera aprobado había que presentar un proyecto que él presentó.

Además, han mantenido que para instalar cajas trampas se necesita un permiso especial, con el que no contaba la finca.

Durante el juicio han ido testificando numerosos testigos, entre ellos, agentes medio ambientales, técnicos de la Consejería de Agricultura y Medio Ambiente y el guarda de la finca, entre otros.

"Grazalema", que había sido liberada en el marco del programa Life+Iberlince, era una hembra de 17 meses nacida en cautividad, que se soltó en Guarrizas (Jaén) y había logrado llegar hasta territorio castellanomanchego cuando se encontraba en pleno proceso de dispersión.

El cuerpo de esta hembra de lince ibérico fue encontrado en agosto de 2011 por el propio personal de guardería de la finca Barranco de la Gomera de Castellar de Santiago, como consecuencia de la deshidratación que sufrió al quedar retenida en una caja trampa.

Fue el propio guarda de la finca quien se puso en contacto con los técnicos del Cuerpo de agentes medioambientales de la zona, para comunicarles la aparición del lince en el interior de una caja trampa destinada a la captura de zorros.

El lince portaba un collar radiotransmisor, pero en el momento de su muerte no funcionaba.

Comentarios