De profesión, delincuente

¿Quién roba en casa?, el perfil y el modus operandi de los ladrones actuales, ladrón, robo, caco, robando,
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Setenta detenciones no "jubilaron" a Jean Michel L.D. de un "trabajo" que ha mantenido al menos 20 años: hurtar en estaciones y aeropuertos. Tampoco a Juan F.G. su paso por varias cárceles le retiraron y con 71 años seguía atracando bancos. Como muchos otros, han hecho de la delincuencia su profesión.

Dos delincuentes "profesionales" que han saltado a las páginas de sucesos en los últimos meses, pero hay otros mas, como "El Padilla", un hombre de 62 años que en cuatro décadas no ha dejado de hacer lo que sabe: asaltar oficinas bancarias, a las que accede además de con sus armas, con una cartulina que reza así: "Esto es un atraco, mantén la calma y haz lo que te diga".

Probablemente para "El Padilla", para el francés Jean Michel y para Juan F.G. -el atracador cuya foto ya publicó "El País" en 1977- su "actividad" no es más que una forma "normal" de ganarse la vida, como se la gana un ejecutivo, un albañil, un abogado o un periodista.

Lo creen así y así lo viven. Y así lo corrobora a Efe un veterano investigador, a quien sus más de cuarenta años de trayectoria profesional persiguiendo a todo tipo de delincuentes le permiten afirmar que para muchos, delinquir es su profesión.

No hay más que echar un vistazo a las estadísticas de la reincidencia -y también a los nombres que las encabezan- para darse cuenta de que un buen puñado de delincuentes se levanta cada día para "trabajar" en lo suyo, como lo hace cualquier empleado de banca, de una constructora, de un bar, de una tienda de ropa....

De todos modos, estos "históricos" delincuentes que actúan en España tendrían mucho que envidiar a Doris Payne, una longeva ladrona de joyas (tiene 86 años) experta en un tipo de robos que perpetra desde hace seis décadas en joyerías de todo el mundo. Su último botín: un collar de diamantes valorado en 2.000 dólares sustraído en una tienda de Atlanta (EEUU).

Quizá Doris, especializada en el hurto, encaje más en el prototipo del "viejo conocido de la Policía" que actúa en España. Porque, como subrayan algunos investigadores consultados por Efe, el delincuente que sigue "trabajando" con 60 años más que cumplidos lo hace en "especialidades" en las que la "maña" se impone a la "fuerza".

Es decir. Hay menos "Juanes F.G." o "Padillas", aún con "energía" y capacidad física para atracar un banco -y sobre todo, para huir-, que "descuideros" como Jean Michel o expertos en el timo del "Nazareno", en falsificación de billetes o en estafas bancarias.

Ya con cinco décadas largas, el mayor falsificador de moneda de España, y el mejor para muchos, ha estado más de 25 años metido en ese "negocio". Y no ha necesitado a nadie para mantenerlo. Él se lo guisaba y él se lo comía.

Porque, según cuentan los investigadores, esa es otra de las características del veterano delincuente: la de actuar solo, sin una banda detrás o rodeados de muy pocos colaboradores y haciendo escaso o nulo uso de la violencia.

Como lo ha hecho durante décadas otro "viejo conocido" de las fuerzas de seguridad, de más de 60 años y que con su don de gentes se hacía pasar por juez o abogado.

O ese otro que con 70 años y un amplio historial de arrestos no sabía hacer otra cosa que falsificar placas de la Policía o de la Guardia Civil.

Muchos de ellos hacen una vida normal, su familia sabe a qué se dedica y "salen de casa por la mañana a delinquir como el que va a una oficina", explica gráficamente un investigador.

Tampoco es que "se peguen la vida padre" con los beneficios de su trabajo. Eso se lo dejan a los delincuentes más jóvenes, que sí se "funden" todo en fiestas y artículos de lujo.

La multireincidencia en España es más alta de lo que parece, añaden los agentes consultados. No es extraño detener a delincuentes que ya han sido arrestados en más de una treintena de ocasiones e, incluso, llegó a haber alguno con casi cien reseñas policiales, relatan los investigadores mientras recuerdan otro dato: solo uno de cada diez detenidos por robo entra en prisión.

Una buena parte de estos veteranos delincuentes se recicla, pero no para abandonar el delito, sino para cometerlo mejor. Además, muchos de ellos comienzan de "aprendiz" en una banda y van ascendiendo hasta hacerse con el control del grupo, como un experto en "vuelcos" a narcotraficantes que fue detenido por primera vez con 16 años y ya lleva 36 en el "tajo".

A la pregunta de si el delincuente nace o se hace, los agentes se decantan por la segunda respuesta, aunque reconocen que el ambiente donde uno crece puede influir y "animar" a emprender esa actividad.

Y son unánimes al afirmar que el delincuente profesional nunca lo deja. Porque si no está en la brecha, en la primera línea, como cuando era más joven, estará en la retaguardia dirigiendo. 

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