La Policía detecta a 81 menores en peligro por violencia machista en 15 días

VioGén se ha actualizado para identificar aquellos casos en los que se detecte tanto el riesgo de una situación de vulnerabilidad como de potencial peligro para los niños, ya sea de violencia grave o letal
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VioGén, el sistema policial de seguimiento de las víctimas de violencia de género, ha empezado a identificar el "potencial peligro" al que están expuestos los hijos de las mujeres que denuncian violencia machista y en apenas dos semanas ha detectado 81 casos de niños en situación de riesgo.

Los responsables de VioGén, Marina Rodríguez Díaz y Juan José López Ossorio, explican en una entrevista con Efe que VioGén se ha actualizado para identificar aquellos casos en los que se detecte tanto el riesgo de una situación de vulnerabilidad como de potencial peligro para los niños, ya sea de violencia grave o letal.

Esta detección se hace a partir de la declaración de la madre a la hora de poner la denuncia contra el agresor y persigue alertar a las autoridades fiscal y judicial con el objetivo de que un forense evalúe a los niños y se puedan tomar las medidas oportunas para proteger a esos menores.

Los policías no evalúan directamente el riesgo de los niños, sólo a la madre, pero a partir de su testimonio tratan de anticiparse también a las situaciones de vulnerabilidad y violencia en la que podrían estar los menores.

Desde el 29 de octubre, la Policía ha detectado y alertado de 81 casos en los que hay menores en riesgo, hijos de 21 mujeres valoradas en riesgo medio, 42 en alto y 18 en extremo.

Esta actualización para tratar de ver la peligrosidad es la segunda relativa a menores que se introduce en el sistema en ocho meses: el 13 de marzo, los cuerpos policiales comenzaron a tratar de identificar las situaciones de vulnerabilidad de los menores que viven en un contexto de maltrato.

MÁS DE 5.000 NIÑOS VULNERABLES

Desde entonces, según datos del Ministerio del Interior, se han detectado 5.163 casos de menores a cargo de víctimas de violencia de género que se encuentran en situación de vulnerabilidad: 1.228 en casos de riesgo alto y 324 de riesgo extremo.

La Secretaría de Seguridad del Ministerio del Interior actualizó el 13 de marzo su protocolo de valoración del riesgo con, entre otras novedades, el objetivo de estimar la situación de vulnerabilidad de los menores en el momento en que su madre denuncia a su agresor, esto es, el riesgo de que el entorno de violencia les afecte.

El protocolo de valoración del riesgo es el formulario que los policías hacen a las mujeres que acuden a poner una denuncia por maltrato. Consiste en una serie de preguntas a través de las cuales se estima el riesgo de reincidencia del agresor.

Detrás de ese formulario, que mide 35 parámetros y está en cambio constante, hay años de investigaciones nacionales e internacionales y la participación de numerosos expertos, académicos y científicos.

Se trata de que los agentes dispongan de una herramienta para hacer una "evaluación con un procedimiento matemático, sencillo, accesible y útil para dar una respuesta ágil e inmediata, porque no tenemos mucho tiempo para hacer una evaluación de riesgo que permita dar una respuesta de prevención a una mujer respecto a qué necesita ahora y qué va a necesitar más adelante".

Valorar el riesgo y gestionarlo de manera que conlleve una reducción de las posibilidades de reincidencia criminal. Para que la evaluación sea rigurosa y funcione "a pleno rendimiento" es esencial la formación y experiencia de los agentes evaluadores.

VIOGÉN Y LOS NIÑOS

A partir del estudio de casos letales previos, desde Interior han tratado de incluir en el sistema indicadores que alerten del posible riesgo de los niños y que se analizan cuando la víctima interpone la denuncia.

Cuando VioGén lo detecta, los policías envían una alerta al sistema judicial explicando que el menor se encuentra en "una situación en la que puede llegar a sufrir violencia e incluso violencia grave o letal" con el objetivo de que los jueces establezcan medidas de protección.

La actualización del protocolo que entró en vigor el 29 de octubre se ha diseñado para prever y tratar de evitar esa violencia vicaria (la utilizada para dañar a la madre): desde 2013, 34 menores han sido asesinados por sus padres (31) o por la pareja de su madre (3).

"Es un fenómeno criminal extremadamente inusual" al que, no obstante, Interior se intenta anticipar.

Se trata de sistematizar una tarea compleja. López Ossorio indica que, por estadística, hay una media de cuatro o cinco asesinatos de menores en un contexto de violencia vicaria al año y que de ellos suelen constar denuncias previas en cero o un caso, por lo tanto, se trataría de prever una situación de riesgo mortal al año de entre las más de 70.000 denuncias que gestionan los cuerpos policiales de VioGén.

UNO DE CADA CUATRO MENORES VULNERABLES

Alrededor del 50 % de las mujeres incluidas en el Sistema de Seguimiento Integral en los casos de Violencia de Género (VioGén) tiene hijos. Y uno de cada cuatro de esos menores está en situación de vulnerabilidad, según las estadísticas de Interior.

El sistema dispone de "una serie de indicadores que intentan averiguar en qué medida el menor puede estar expuesto a una situación de complejidad, de violencia en casa, que lo puede hacer vulnerable", aclara López Ossorio.

Estos indicadores se cumplimentan con el testimonio de la víctima a cuyo cargo se encuentran los menores, por lo que de su declaración dependerá que se pueda identificar el grado de vulnerabilidad del niño.

Si identifican una situación de vulnerabilidad, trasladan a juzgado y fiscalía que puede estar en riesgo, de manera que éstos puedan pedir una evaluación forense con el objetivo de adoptar medidas de protección o relativas a la custodia o el régimen de visitas.

LA ESCALA H

Al margen de incluir en el sistema a los menores, la gran novedad introducida este año por el protocolo ha sido la "escala H", una estimación del riesgo de homicidio o de agresión grave al que está expuesta la mujer.

Hasta marzo, VioGén evaluaba la probabilidad de reincidencia del agresor, no el riesgo de que una mujer fuera asesinada.

Desde hace ocho meses, el sistema es dual y alerta también de los casos de especial relevancia, aquellos en los que se detecta que el del riesgo de reincidencia puede aumentar en gravedad y desembocar en una agresión violenta o incluso mortal.

"El homicidio como fenómeno no se comporta igual que una reincidencia, aunque sea violenta", aclara López Ossorio. Por eso se necesitaba mejorar los indicadores que pueden avisar de este riesgo.

Este cambio ha elevado bastante los niveles de riesgo: muchos de los que hasta marzo se consideraban bajos ahora se "embolsan" en el nivel medio y también han crecido los grupos de riesgo alto y extremo.

En lo que va de año, en el 21 % de los crímenes machistas pesaba denuncia previa sobre el agresor, frente al 28 % de 2018. El objetivo es que ese porcentaje se siga reduciendo porque significará que el sistema de protección cada vez yerra menos.

El equipo responsable de VioGén revisa cada asesinato en el que había denuncia previa para determinar qué ha fallado en los casos en los que la víctima solicitó protección y no la tuvo y, a partir de ese estudio retrospectivo, hacer los cambios pertinentes.

"Los homicidios no tienen estacionalidad, no tienen patrones. Es difícil influir, salvo intentando anticiparte a la conducta del agresor y tratar de señalar qué caso puede acabar de esa manera", reflexiona Rodríguez Díaz.

MÁS PULSERAS

La comisaria y López Ossorio son "firmes defensores" del uso de pulseras telemáticas de control del agresor porque "garantizan capacidad de reacción".

La policía está obligada a solicitar al juzgado su imposición en los casos de especial relevancia de riesgo medio y en todos los altos y extremos, sin embargo existe cierta reticencia judicial a decretar su uso.

"La medida de alejamiento para determinados hombres es un papel que no les disuade. (...) Entramos en un margen de imprevisibilidad en el que o tienes un dispositivo técnico que te avise y tiempo de reaccionar o no hay nada que hacer. No podemos estar en todas partes en todo momento", lamenta Rodríguez Díaz.

En la actualidad hay algo más de 1.350 parejas de pulseras en funcionamiento de alrededor de 2.000 disponibles.

LA FORMACIÓN, ASIGNATURA PENDIENTE

Además de pedir un mayor uso de pulseras y más recursos para esta lucha, el Área VioGén estima crucial la formación de los funcionarios que tramitan las denuncias y evalúan el riesgo de las víctimas con el sistema.

Llegar a la primera línea de atención, al "agente evaluador" es difícil -dada la movilidad y el número de efectivos en los cuerpos policiales-, pero prioritario porque de un diagnóstico inicial acertado dependerá que las medidas de protección de la víctima sean las adecuadas.

Un policía, gracias a su experiencia y formación, puede aumentar el nivel de riesgo de una víctima si considera que el sistema se queda corto.

"Estamos explorando vías para llegar a esa formación y conseguir buenos evaluadores", reconoce Rodríguez, que adelanta que Interior estudia poner en marcha un curso en línea para formar a los agentes que toman las denuncias, una formación que será "indispensable" para aplicar el protocolo.

Los responsables de VioGén defienden que el fenómeno de la violencia de género requiere medidas distintas a las que se aplican en otros supuestos criminales y solicitan mayor dotación presupuestaria e implicación judicial para avanzar hacia una sociedad libre de violencia.

"La Ley de Violencia de Género da respuesta a un fenómeno que era masivo, era preocupante. Es muy recurrente, muy habitual y muy específico. En muchas comisarías, una de cada tres denuncias es por violencia de género", destacan.

"Denunciar salva vidas. Cuando hay denuncia la reincidencia se reduce en un 64 %", concluyen. 

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